Ámsterdam se suma a Florencia en su lucha para frenar el turismo incívico. Aunque, al contrario de la ciudad de los Medici, la capital holandesa no multará a los turistas por comer en las calles, sino por realizar despedidas de soltero, debido a que están cada vez más fuera de control. En consecuencia, el gobierno local del país ha propuesto una serie de medidas para restringir las motos de cerveza, los paseos en Segway y los viajes en barco (Florencia: multa de hasta 500 euros a los turistas que coman parados en la calle).
Asimismo, se aplicarán multas de entre 100 y 150 euros a aquellos turistas que se emborrachen en la vía pública, orinen en un canal, alteren la paz o tiren basura. La medida responde a la lucha de la ciudad holandesa por controlar la masificación y apostar por un turismo de calidad.
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