Room Mate Hotels, la cadena hotelera internacional fundada por Kike Sarasola, llega a Trapani para inaugurar Room Mate Andrea, el primer hotel de la compañía en Sicilia y el quinto en Italia. Esta nueva apertura forma parte del plan de expansión de la compañía, que duplicará su tamaño en los próximos 18 meses. De esta manera, a los 26 hoteles que la cadena opera se añadirán 11 nuevos proyectos ya firmados, aumentando el número de habitaciones de 1.808 a 3.600 a finales del próximo año.
Room Mate Andrea se asienta en un "espectacular" palazzo de 47 habitaciones concebido por el Marqués Enrico Platamone a principios del Novecento. Un espacio único que mantiene el estilo neoclásico de la construcción inicial y del que se intuye todavía el aura aristocrática de la que era la vivienda familiar.
Room Mate Andrea se encuentra en un enclave privilegiado, muy cerca de la playa y del centro histórico de Trapani. Un lugar en el que todo viajero que elija Room Mate podrá disfrutar de la brisa mediterránea mientras descubre la historia y cultura de la costa de Sicilia. Room Mate Andrea es sofisticado, sibarita y apasionado del vino, y aspira a convertirse en el mejor aliado para descubrir y disfrutar Trapani. Room Mate Andrea dispone de sala de reuniones, bar y una espectacular terraza solárium con piscina desde la que admirar la bella Trapani.
“Estamos muy contentos con la apertura de Room Mate Andrea, tras las recientes inauguraciones de París y Rotterdam celebramos hoy la llegada de este hotel que se convertirá en un referente en Sicilia. En los próximos meses doblaremos el tamaño de la cadena, sumando nuevos destinos a nuestro portfolio. Italia es un mercado clave para nosotros. Room Mate Andrea es el claro ejemplo de ello y se suma a los muchos nuevos proyectos que abriremos en este bello país” (Así es el hotel de Room Mate en París inspirado en Coco Chanel).
Room Mate Andrea se encuentra en una construcción neoclásica reflejo del modelo de expansión urbanístico característico de la época. Las líneas y formas geométricas son protagonistas, un rigor marcado por el ritmo regular propio de las construcciones arquitectónicas de finales del siglo XIX. El gusto por el detalle envuelve todos sus rincones: techos altos y suelos embellecidos con zócalos, frisos tallados cubiertos de tela de damasco, una escalera principal que mantiene el estilo “alla trapanese” de piedra morisca y un maravilloso y amplio hall que transportará a los huéspedes a la vida de la nobleza italiana.
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