El grupo aeronáutico Bombardier, uno de los más importantes del mundo tras Boeing y Airbus, se desprenderá de la línea de producción de los aviones Dash 8 turbopropulsados, que sería adquirida por De Havilland, parte del grupo canadiense Viking Air, conocido en Europa porque es el fabricante de los aviones Canadair, habitualmente utilizados en el combate de los incendios forestales.
La decisión de Bombardier es particularmente significativa porque es reciente la decisión de deshacerse de la línea de negocio de los aviones CS100 y CS300, que se ha cedido a Airbus ahora con el nombre A220.
La medida está a la espera de una decisión de la autoridad de la competencia y tiene un contravalor de 300 millones de dólares. La operación incluye la gestión de los servicios post-venta de unos mil aviones de este modelo actualmente operando en todo el mundo.
La situación financiera del grupo Bombardier, que también es fabricante de trenes, se tornó muy delicada debido a los costes desmesurados que tuvo el diseño del avión CS100 y CS300 (son de la misma familia), considerado un excelente aparato. Esos gastos han causado graves pérdidas que han desembocado en la venta de parte del grupo y en el despido en todo el mundo de unos 5000 trabajadores.
Vendida la línea de aviones Dash y también los CS, el área de aviación de Bombardier únicamente se queda con los aviones CRJ, habituales en Europa (Air Nostrum es uno de sus principales operadores), que tienen una excelente acogida en el mercado. Pero, atención, Bombardier también reconoce que no tendría problemas en vender la línea CRJ –aviones pequeños a reacción– si tuviera una ocasión de hacerlo.
En cambio, para Viking Air, la compra de la línea Dash es en realidad la entrada en un mercado de aviones medianos. Viking hasta ahora sólo produce unos aviones de 19 pasajeros, denominados Otter, que vuelan en lugar de escasa demanda.
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