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EDICIÓN ESPAÑA

La historia conmociona Francia

Cannes: juicio por secuestrar a la dueña del Grand Hotel

Encerrados en casa por culpa del virus, Francia asiste a un reality o culebrón protagonizado por la propietaria del Grand Hotel de cinco estrellas de Cannes. Todo el encanto, lujo y ostentación del turismo más refinado desnudado en un juicio.

En el banquillo de los acusados se sientan trece personas acusadas de secuestrar a Jacqueline Veyrac, de ochenta años, la dueña del Grand Hotel. Veyrac fue introducida en una furgoneta delante de su casa, en Niza, en octubre de 2016, y reapareció dos días después, atada y amordazada. 

Entre los acusados hay un restaurador italiano, un ex-soldado inglés y un detective privado. 

Veyrac también tiene que comparecer como testigo, lógicamente. La millonaria es también propietaria del famoso restaurante La Réserve, de Niza. El restaurante tiene su papel porque el principal acusado es el ex-gerente del restaurante, un italiano de nombre Giuseppe Serena. 

La historia se inicia cuando Veyrac lo despide del restaurante en 2009. Serena decidió entonces secuestrarla pidiendo un rescate de cinco millones de euros. Por lo visto, Serena intentó el secuestro primero en 2013, sin éxito, y después en 2016. En este caso tampoco acabó bien, como estamos viendo, pero al menos consiguió secuestrarla.

Serena dice que todo es mentira. El inglés que había sido contratado a cambio de un diez por ciento del rescate admitió su participación en los dos intentos de secuestro. Y hay más acusados, con implicaciones menos graves.

Luc Goursolas, el detective privado, admite que puso en el coche de Veyrac un sistema para saber dónde se encontraba. Pero dice que no sabe nada de que la quisieran secuestrar.

El 24 de octubre de 2016, dos hombres enmascarados la secuestraron, sujetándola por las muñecas y vendándole los ojos. La camioneta, con la secuestrada, la dejaron en la calle, en las afueras de Niza, pero la mujer, pese a su edad, golpeó intensamente el vehículo hasta conseguir que unos transeúntes se acercaran y la liberaran (imágenes de la fotografía).

Así, el secuestro, más bien chapucero, acabó sin pagar rescate alguno.


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