Los compañeros etarras de Otegui también pusieron en el punto de mira a los empresarios turísticos españoles en aquellos años fatídicos de muertes, secuestros y atentados sin discriminacion social y edades.
Las fuerzas de seguridad detectaron en los primeros años de este milenio una lista en la que figuraban empresarios del sector turístico, mayoritariamente hoteleros, a los que se les amenazaba con el impuesto revolucionario.
En la lista aparecían hoteleros de primer nivel de Baleares y alguno de tamaño mediano que tenía cierta notoriedad porque entonces era socio y vicepresidente de la compañía aérea hoy rescatada por el Gobierno.
Fue el propio Baltasar Garzón, quien estaba entonces al frente de la lucha jurídica contra los asesinos etarras, el que le comunicó al dueño de la aerolínea que su nombre figuraba entre los amenazados de muerte.
La vigilancia de la policía se extremó en torno a los amenazados y estuvo activa hasta hace aproximadamente un lustro. Uno de los amenazados, por su parte, contrató entonces a un guardaespaldas privado que aún ejerce sus funciones.
Los etarras pusieron bombas en Mallorca en 2009, en Palmanova y en Palma, el primero con muertes, pero nunca dispararon a los empresarios amenazados. Estos nunca se sometieron al chantaje de la banda asesina.
Sobre la vigilancia policial hay que reseñar una anécdota acaecida hace 5 años. Miembros de la PN que hacían una visita mensual por la inmediaciones de la casa de uno de los hoteleros detectaron un coche con dos personas dentro. Eran detectives que seguían diariamente a un ejecutivo turístico que acababa de ser contratado por un grupo turístico.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo