¿Están los hoteleros ante una tormenta perfecta?

Hace un trienio los astros se alinearon para los hoteleros vacacionales españoles. El petróleo se desplomaba, el dólar repuntaba, y la ofensiva yihadista sobre el Magreb cerraba a los destinos competidores. Además, el mercado nacional iba saliendo de la crisis. Hoy, en cambio, la coyuntura es distinta, y el gremio parece afrontar una tormenta perfecta por varios motivos (Año de utilidades récord para las grandes hoteleras en México).

El horizonte de los hoteleros españoles hoy afronta el resurgir disparado de Turquía, Egipto y Túnez, el encarecimiento del petróleo, el auge descontrolado de Airbnb, la pujanza sin freno de Booking, a lo que se le une el interminable desafío independentista en Cataluña y a la desaceleración económica tras la llegada a La Moncloa de Pedro Sánchez.

La amenaza de un competidor como Turquía se agrava de cara al próximo verano con la gran devaluación que está registrando la lira, a lo que se une la competencia dentro de España de un nuevo rival como Airbnb, que ha llevado a que el alquiler vacacional en un lustro haya pasado de una oferta de 50.000 propiedades a más de medio millón, frente a las 400.000 hoteleras.

Pero otro franco que preocupa sobremanera es el del petróleo, que desde hace poco más de un año ha pasado porque el barril brent se vendiera a poco más de 45 dólares, mientras estos días ya se acerca a los 80 dólares, con el enorme impacto que eso tiene para las aerolíneas y consecuentemente para los precios de los paquetes vacacionales.

El petróleo toco máximos en el verano de 2014 vendiéndose a 120 dólares, pero en el arranque de 2015 ya estaba en 60 dólares, llegando en el inicio de 2016 a los 30 dólares, pero desde entonces la senda alcista es imparable, tras haber contribuido en ese tiempo a que mejoraran los ingresos de los hoteleros españoles.

Pero hoy la amenaza también viene en forma de política, pues desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa casi todos los principales indicadores económicos han dado muestras de desacelerarse, suponiendo una amenaza para el mercado nacional, a lo que hay que unir la tensión en Cataluña con las movilizaciones independentistas, cuyos efectos llevan casi un año notándose, como ha venido revelando preferente.com.

Y además, a todo ello cabría añadirle otros dos factores, y es la cuota creciente en las ventas que suponen las OTA para los hoteles, con sus enormes comisiones que restan puntos de márgenes, y los aumentos salariales que como el firmado en Mallorca para cuatro años con una histórica alza del 17 por ciento amenaza con extenderse al resto de destinos, dificultando enormemente la rentabilidad futura de la hotelería vacacional española.