El primero de julio, cambia el mundo del viaje organizado en Europa. Cambian muchas cosas, pero lo más nuevo, lo que puede sorprendernos son dos cosas: por un lado, tanto los mayoristas como los viajeros podrán comprar paquetes fuera de las fronteras nacionales sin riesgos porque la normativa se estandariza, incluida Gran Bretaña, pese a que está a punto de marcharse de la UE. Hoy, un español no compraría un viaje a Japón a un mayorista alemán porque toda esta operativa era fundamentalmente nacional.
La segunda gran diferencia es que el viajero puede cancelar su reserva de viaje en cualquier momento, recuperando todo el dinero, salvo una pequeña cantidad razonable derivada de los gastos que ha supuesto la reserva. Hay muchas más disposiciones que se convierten en obligatorias pero que, en la mayor parte de los casos, todos los operadores serios ya las cumplían.
El nuevo modelo de protección de los derechos depende de la normativa de cada país, pero en general supone la entrada del mundo digital en la protección del viajero. No más seguros impresos, no más folletos en papel, no más documentos firmados, ahora todo circulará en la red, con más garantías incluso que antes. Este mismo verano se aplican estas normas.
La protección atiende a los viajeros en el caso de que el mayorista quiebre, cosa que se cubría en muchos países europeos, pero no en todos y que, en cualquier caso, ahora mejora notablemente. Se crean nuevos derechos para los viajeros y además, según la Comisión Europea –empeñada en hacer publicidad de sus nuevas normas, porque ha de demostrar que para algo existe– se hace mucho más fácil la operativa para los agentes de viajes.
Se diferencia desde ahora con claridad si estamos comprando un paquete o si estamos comprando un servicio vinculado. De todo se tiene que dar una información clara, estandarizada y sin recargos que aparecen en cualquier momento. En caso de quiebra del mayorista, está prevista la recuperación del dinero pagado y la repatriación del viajero, sin costes para el consumidor, para lo que los operadores deben pagar un seguro. Este ha de cubrir todos estos gastos. Parecía sencillo, pero hemos debido llegar a 2018 para que sea una obligación. Los viajes vinculados también tienen esta garantía.
Quien organiza el viaje es responsable de todo lo que vaya mal. Igual que la aerolínea ha de dar la cara cuando se compra un billete de avión, independiente de si la culpa es o no suya, en el caso del viaje en paquete el organizador, el mayorista, es el responsable. Y después ya se arreglará con el culpable.
Entre los nuevos derechos, como decíamos, probablemente el más importante es que el viajero podrá cancelar el viaje comprado en cualquier momento “con un precio razonable” que no debe ser extorsionador. Esta cancelación será totalmente gratuita si hubiera problemas de seguridad en el destino (desastres, conflictos) o, atención, si el precio original del viaje sube más de un 8 por ciento sobre el precio original. Hoy, muchas compañías informan al cliente de un aumento de precio por cualquier motivo sin que este tenga derecho a la cancelación.
Si el viaje de vuelta no se puede cumplir, el viajero tiene derecho a hotel, lo cual, a decir verdad, ya se daba hoy. El mayorista tiene obligación de dar hotel hasta tres noches si hubiera problemas serios. Igualmente, hay que dar asistencia a los viajeros, cosa que todo mayorista serio ya daba en la actualidad.
La nueva norma europea pretende facilitar la acción de los mayoristas en otros países de la UE. Las normas serán similares, las obligación también. Esto permitirá que un viajero español, por ejemplo, compre un viaje a un mayorista alemán, italiano o francés, sin riesgos ni complicaciones.
Yo creo que ella aval y el RC ya cubre estos contratiempos, al menos con las Agencias legales. Entiendo que,salvo lo referente a digitalizar los contratos y puede que a la compra en otros países, en las Comunidades e SD palomas ya existía todo esto
Yo creo que con el aval y el RC ya se cubren estos contratiempos, al menos con las Agencias legales. Entiendo que,salvo lo referente a digitalizar los contratos, y puede que la compra en otros países, en las Comunidades de Españaya ya existía todo esto,y las garantías correspondientes para el cliente
cambia poco o nada ademas en un pais como españa donde el turismo es un asunto autonomicos.