El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha ordenado por seis meses el cierre de la isla Boracay que recibe todos los años cerca de dos millones de turistas y genera alrededor de 1.000 millones de dólares para la economía del país.
De agua cristalina y playas blancas, la isla es de ensueño, pero “huele a mierda”, dijo Duterte, al culpar de verter sus residuos y agua sucia a hoteles y restaurantes.
"Boracay es conocida en nuestra Nación como un paraíso y este cierre temporal tiene como objetivo que las generaciones futuras la conozcan igualmente" ha explicado este jueves el portavoz, Harry Roque.
El objetivo de Duterte es construir nuevas redes de saneamiento, destruir las construcciones erigidas sobre los pantanos y perseguir a los responsables locales y contratistas que hayan violado las normas medioambientales.
Boracay cuenta con 50.000 habitantes y alrededor de 500 hoteles. Estará cerrada desde el 26 de abril hasta el 25 de octubre.
Mira que casualidad, la cierra, este personaje, un poco putrefacto -por otro parte- en temporada de tifones, que es cuando no va casi nadie, y que por desgracia no pude conocer porque cuando iba a ir me pilló un supertifón que iba a cruzar por encima de la isla..... Por cierto los filipinos, son una gente superacogedora, muy por encima de su presidente