ITB: cuando el nacionalismo no se cura ni viajando

Dicen que el nacionalismo se cura viajando, pero parece que para algunos ese mal tiene muy mala herida. Por mucho que intenten disimular determinados políticos no pueden negar que lo del turismo es algo molesto para ellos. Tanta gente que ocupa playas, carreteras y restaurantes y cafeterías agobia demasiado. 

La ITB de Berlín era la primera gran cita turística de la filóloga Bel Busquets, nueva consejera de Turismo del Gobierno autonómico que preside Francina Armengol, pero lamentablemente no se conoce ninguna propuesta digna de algún titular para describir su visita a la capital alemana. Sin embargo, hay cosas que siguen llamando la atención. El Económico de Ultima Hora publicaba este fin de semana una fotografía de Armengol, Marc Pons y la propia Busquets con María Frontera, presidenta de los hoteleros, y su "número dos", Maria José Aguiló, reunidos en Berlín. 

Sorprende mucho que en la fotografía no hubiese ningún turoperador alemán, que al fin y al cabo conviene recordar que la feria de Berlín sirve para captar turistas germanos, no a hacerse fotografías con personas que están a menos de diez minutos en taxi en Mallorca. Y la pregunta es: ¿hace falta irse a Berlín para hacerse una fotografía que se puede realizar en cualquier despacho oficial en Mallorca? ¿Es necesario viajar más de dos horas, pagar hoteles, traslados, gastos de asesores, para este tipo de imágenes tan poco productivas y tan provincianas?

Que el Gobierno balear tiene una escasa sintonía con los principales hoteleros de las Islas es una evidencia, y en Berlín volvió a ponerse de manifiesto. Los grandes que acudieron a la ITB  hicieron muy poco para mantener contactos con Armengol o Busquets. De hecho, Escarrer y Armengol coincidieron en el mismo vuelo de regreso a Mallorca y ambos intentaron hábilmente no coincidir ni en el avión ni en la sala de espera del aeropuerto de Berlín.

Pero lo que realmente debió resultar incómodo para la propia Busquets es tener que viajar a Berlín en busca de turistas cuando su partido, Més per Mallorca, es partidario de que no lleguen más visitantes a la isla. Y mucho más contradictorio debió resultar para la consejera balear acudir a la flamante fiesta de Riu en la capital alemana cuando no hace mucho el portavoz del partido de la señora Busquets  pedía públicamente a la Federación Hotelera que adoptase medidas contra este grupo turístico por sus problemas en Miami. Poco menos querían que Riu fuese expulsado de la patronal turística.

Berlín ha demostrado que, a pesar de la presencia de algunos políticos, el sector turístico es lo suficientemente potente para seguir siendo la primera industria. Pero también ha quedado muy claro que el nacionalismo no se cura viajando, como se ha demostrado en el congreso de su partido, días después de viajar a Berlín. «Estamos luchando contra un Estado que es veneno", es una de las perlas que soltó Busquets en la reunión de la formación soberanista. Sobran las palabras.