La TCP Sonia Vergara solventa un retraso por cogestión y caos del handling

El embarque de los vuelos de Iberia Express en Palma es un caos desde que pusieron en marcha las colas para los pasajeros prioritarios (también lo es en Madrid, pero no tanto como en la capital de las Baleares). Los operarios del handling en Palma de la primera compañía áerea del país no dan con la tecla y siempre se arman un taco a la hora de organizar el preembarque. A un lado, sitúan a los pasajeros de la clase turista con algunos  de determinados grupos o filas; y en el otro, a los business, los prioritarios, los de asistencia en sillas de ruedas con sus acompañantes y los niños pequeños con sus progenitores o familiares. 

¿Como van llamando a los pasajeros? Ellos dicen que en primer lugar han de pasar  los de business, luego los que necesitan asistencia y a continuación los  prioritys y el resto de la primera cola preferencial. Pero eso es la teoría porque luego  en la práctica acontece así: primero, y por razones de operatividad, los que necesitan ayuda y más tarde que cada uno se las apañe como pueda, como los hermanos Marx en el camarote. Es decir, un merecumbe. O sea, el caos. Porque los prioritarios no saben quienes son los business ni estos los otros. Y los padres de los críos creen que ellos han de ir antes. No es extraño que los business y los prioritarios protesten.

En el vuelo de Palma- Madrid de este jueves una señora que muy pocos pasajeros reconocieron pero que estos días ha vuelto a la notoriedad por el caso mediático que protagoniza el otrora reciente más alto mandatario del país, una mallorquina que nunca protagonizó escándalo alguno expresó su malestar. Y le asistía toda la razón porque era pasajera business. Si a este desorden que protagonizan un día sí y otro también desde hace tiempo el equipo de tierra de Iberia se le une los retrasos por cogestión en Madrid, pues los pasajeros con conexión se inquietan porque pueden perder los enlaces.

Menos mal que la sobrecargo de este vuelo demostró una profesionalidad encomiable, fuera de la común en un colectivo plagado de jóvenes TCP sin experiencia y que bastante hacen con atender al pasaje lo mejor que saben, que en este caso fue de nota (positiva, conste). La jefa de las azafatas, Sonia Vergara, se volcó de tal forma con los pasajeros que tenían conexión que estos acabaron felicitándola públicamente, y no eran pocos. También le dieron la enhorabuena algunos de los que tenían destino final en Madrid. No era para menos porque Vergara agudizó el ingenio para que los pasajeros con conexión llegaran a tiempo a sus respectivas puertas de embarque.

¿Qué hizo esta aeromoza para ayudar a los pasajeros que podían perder los vuelos de conexión? En pleno trayecto a la capital de España, a unos cuantos los colocó en primera clase y a otros los fue cambiando a los asientos más próximos a la puerta de desembarque, la delantera, para que salieran los primeros en el desembarque. Y siempre con la sonrisa en la boca. Todo un ejemplo. Sonia Vergara, alrededor de 40 años, se curtió en Iberworld cuando esta aerolínea era del grupo Viajes Iberia y tras una temporada en otras compañías pasó a la low cost de Iberia. Más jefas de cabina como Vergara, Candela.