La utopía de Utópica

La empresa española de grandes almacenes que posee una gran agencia de viajes con puntos de venta tanto dentro como fuera de sus tiendas acaba de dar un paso hacia lo desconocido. Con la creación de una nueva marca –Utópica– y adoptando una estrategia de desarrollo de producto, según la teoría plasmada en la matriz de Ansoff, ha bautizado un nuevo producto: venta de viajes organizados a destinos elitistas, mayormente de larga distancia, en una oficina que estará ubicada en uno de los barrios más pudientes de Madrid, y en la que acogerá actividades y eventos.

Nada hay que objetar a la utópica singladura de quienes toman las decisiones en la casa grande que lideraron Ramón Areces e Isidoro Álvarez. Pretender innovar es estupendo y quien no lo intenta nunca podrá llegar a saber si una idea, desarrollada mediante un plan de negocio, hubiera dado resultado positivo o no. Sin embargo, no es de recibo ni elegante querer ponerse medallas de batallas aún no libradas.

Quien parece que lleva las riendas de la nueva agencia de viajes debería haber sido más prudente y respetuoso de lo que ha sido, a la vista de lo que se le atribuye, entrecomillado, por otros lares de Internet. Afirmar que el proyecto nuevo “nace debido a la desintermediación en el mundo del viaje, provocada por la irrupción del canal digital y la falta de propuestas de valor de las agencias tradicionales” es una ligereza, además de una inexactitud. Y no deja en buen lugar a la propia gran agencia de los grandes almacenes.

Por otro lado, resulta vanidoso presumir de que la nueva agencia “es el intermediario necesario entre el cliente y el proveedor en destino con una propuesta de valor única”. Una frase, esta, de escuela de negocios que queda bien sobre el papel… que lo aguanta todo. Y siendo legítimo pretender que su tienda sea “un espacio multipropuesta que huye de los estereotipos de la agencia tradicional con un extenso programa de actividades y eventos”, hay otras agencias que ya lo hacen. Y, finalmente, anunciar que no tendrán catálogos sino una revista semestral “con una selección de los mejores programas descritos de forma amena y con fotos espectaculares" tampoco es una novedad.