Thomas Cook, el propietario del famoso Club 18-30, un tour operador especializado en jóvenes, tiene en venta la marca. El mayorista que hace veinte años transportaba más de cien mil jóvenes turistas británicos, con una ventas de no menos de 50 millones de euros, se ha quedado sin clientes.
Según el grupo propietario, Instagram tiene mucho que ver en este hundimiento, porque los jóvenes ahora buscan oportunidades para sacar mejores fotografías. En las encuestas que hacen los mayoristas, los jóvenes en proporciones muy elevadas piden vacaciones que permitan encontrar imágenes de calidad y originales para subir a la red.
En un reportaje que publica la BBC, Emma Brennan, de la patronal de agentes de viajes, indica que los fines de semana de turismo urbano son hoy más populares que los clubs de vacaciones con las fiestas de espuma. “Los jóvenes –dice– buscan más que nunca viajes especializados, sea a un festival, sea a una aventura, sea a una ciudad diferente”. Brennan indica que hoy los jóvenes están más interesados que nunca en decidir donde van y eso se refleja en la elección de los viajes que hacen.
Los especialistas en los viajes juveniles indican que “es difícil entender la caída de los clubs de vacaciones sin pensar en los destinos a los que iban, como Magalluf, Zante, Kavos o Ayia Napa.
La ola de clubs como el 18-30, que se extendió desde los años ochenta, llevó incluso a la aparición de hoteles especializados en jóvenes. En Mallorca, durante años, existió el hotel 33, que únicamente aceptaba clientes con menos de esa edad. Hoy, desde hace ya una década, el hotel es un hotel normal, que acepta clientes de todas las edades y ha cambiado su nombre.
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