A medianoche del pasado 28 de octubre, a las 6.33 de la mañana, primera hora en el Extremo Oriente, un avión Boeing 737-800 Max, de la compañía low cost Lion Air, con matrícula PK-LQP, que hacía el vuelo JT-610, desde Jakarta, la capital de Indonesia, hasta Pangkal Pinang, al norte del país, caía al mar, a escasa distancia del aeropuerto. El accidente causó la muerte de 189 personas, 181 pasajeros y 8 tripulantes. El avión estaba levantando el vuelo (Un avión de Lion Air con 189 personas a bordo se estrella en Indonesia).
Los primeros dedos acusadores se dirigieron a Lion Air, una low cost que ya había tenido otros accidentes en un país en el que la fama respecto a la seguridad no es elevada. Sin embargo, el avión era totalmente nuevo, no tenía ni tres meses en servicio, lo cual dejaba dudas sobre lo ocurrido.
Los días fueron pasando, hasta que la autoridad de aviación de Estados Unidos hizo pública una directiva de emergencia para todos los operadores de ese avión, para que expliquen a sus pilotos cómo resolver situaciones en las que pudiera haber una lectura defectuosa –falsa, para entendernos– del indicador del ángulo de ataque, debido al mal funcionamiento de un sensor. Esto no confirma que el vuelo de Lion Air tuviera este fallo, porque la investigación se encuentra en fases muy iniciales, pero apunta en ese sentido (Indonesia admite errores en el sistema de control de vuelo del avión siniestrado de Lion Air).
Al mismo tiempo que la administración aeronáutica de Estados Unidos enviaba esta notificación, Boeing emitía un boletín urgente, del que se deduce que los pilotos podrían no ser capaces de superar las indicaciones erróneas de los sistemas informáticos cuando las hubieran detectado.
Este es un tema que lleva de cabeza a los pilotos. Los pilotos quieren conocer con precisión qué hacen los sistemas informáticos y qué hacen ellos. Los fabricantes –en este asunto, Airbus tiene aún peor fama que Boeing– diseñan los sistemas informáticos para que actúen automáticamente. Los pilotos no se oponen a ello pero quieren que si aquello no responde como ellos desean, poder recuperar los mandos y operar a su discreción. No debe de existir nada más desesperante que las máquinas no respondan a las instrucciones de los humanos porque han sido diseñadas para imponer su criterio.
Porque es verdad que el ser humano se equivoca y la máquina no, pero cuando la máquina recibe datos incorrectos, que podría ser este caso, porque un sensor no va bien, entonces la máquina responde acorde con ese error. El humano, en cambio, puede entender que algo ha ido mal pero que no puede responder de forma absurda.
Todo este es un asunto de gran importancia. En primer lugar, porque los primeros indicios, aún muy iniciales, obligan a retirar ese dedo acusador que apuntaba a Lion Air y empezar a dirigirlo hacia el fabricante de los aviones. De hecho, algunas otras aerolíneas han dado instrucciones a sus pilotos de este modelo de avión para resolver problemas de este tipo, si se diera el caso.
En segundo lugar, reabre una polémica que los pilotos tienen con los fabricantes y que les lleva a acusarlos de intentar que las máquinas les superen. Ha habido varios accidentes en el pasado en los que las máquinas obligaron a los pilotos a cometer errores o bien les impidieron tomar el control manual del aparato, porque el diseño está hecho de esta forma. Entre las muchas versiones sobre las causas del accidente del A330 de Air France que cayó al mar cerca de las costas de Brasil estuvieron estas razones. Los pilotos sostuvieron duras polémicas con los fabricantes, sin que parezca que hayan sido capaces de ser escuchados. Es más, al parecer, Boeing sigue los pasos de su rival.
En el caso de Jakarta, parece estar claro que un equipo ofreció información errónea al piloto. Si eso no se corrige, el resultado puede ser el que tuvo el avión de Lion Air. De forma que la directiva de la autoridad americana y el boletín de Boeing explican a los pilotos como resolver los efectos causados por la recepción de esa información errónea y cómo reconducir el avión.
La agencia estatal de la aviación americana da tres días a los operadores de esos aviones para cambiar las instrucciones para los pilotos, al tiempo que parece sugerir que el accidente de Indonesia no podría atribuirse a la aerolínea.
Recordemos que el 737 es el modelo de más venta de Boeing y que detrás de todas estas noticias estamos jugando con intereses económicos muy poderosos. Y con vidas humanas.
Ha habido demasiados accidentes debido a indicaciones falsas o erróneas debido a fallos de sondas o de AOA, es hora de que los fabricantes implanten algún sistema para que en ningún momento el avión pueda con el piloto, además de insistir en instrucción en la práctica de maniobras con indicacaciones falsas de velocidad.
es que si yo no me equivoco en la aviacion moderna no requieres tanto de la caja negra, solo con buscar los datos del sistema ACARS (que envia datos de la aeronave cada 10 o 20 segundos) debio haber sido suficiente, a mi parecer es asi, y si fue un accidente por AOA pues ya es hora de crear un giroscopio que no se trabe o falle! y yo no se pero ya es un patron que el 90% de los accidentes por AOA suceden solo en las aeronaves de la familia boeing