Los fabricantes tienen normas muy estrictas a seguir cuando fabrican un avión. Hay cosas que vienen impuestas por la reglamentación de los países, en el caso de Europa de la EASA (agencia de seguridad) o de la FAA para Estados Unidos. Si cumplen con eso, pueden innovar, pero el reglamento no se cuestiona.
En la penúltima revisión de esas normas, la FAA, que impone la reglamentación en Estados Unidos, exige que todos los aviones tengan una señal luminosa ante cada asiento que diga que no se puede fumar. Pero también exigía que el piloto dispusiera en la cabina de un interruptor con el cual pudiera apagar o encender esa señal.
Históricamente, la obligación de no fumar en los aviones se aplicaba en determinadas operaciones, pero no mientras el avión volaba a velocidad de crucero. Un poco parecido a lo que ocurre con los cinturones de seguridad, que no es obligatorio llevarlos puestos en todo momento sino únicamente cuando el piloto lo determine. De ahí la necesidad del interruptor.
Sin embargo, desde hace ya décadas, las mismas autoridades han prohibido fumar en los aviones en todo momento lo que equivale a que esa señal de prohibido fumar ya no se debe apagar en ningún momento, aunque el botón esté ahí para permitirlo. Sin embargo, la FAA seguía exigiendo que el avión permitiera que el piloto pudiera apagar la señal.
Finalmente, ahora la FAA está revisando las exigencias y parece que está dispuesta a permitir que la señal de “no fumar” siga encendida y que no haya otro botón en la cabina para que el piloto pueda apagarla, lo cual es inútil.
Ustedes pensarán que esto no tiene importancia, pero United había comprado una flota de A321 europeos en los que la señal no se podía apagar y tuvo que dejarlos en tierra durante el tiempo que fue necesario para tramitar una excepción a la norma ante la FAA que se la concedió (United: tras los B737Max, ahora obligada a dejar en tierra los A321).
Que gran avance, con esto la aviación va encaminándose hacia la excelencia.