Los escandinavos lanzan la revolución del largo recorrido

Es una aerolínea escandinava; ha crecido rápidamente. Conecta casi todos los principales destinos turísticos de España. Desde hace un tiempo ha empezado a volar largo recorrido con una flota moderna y a precios bajos. Y recientemente compró una nueva flota de aviones de un pasillo de largo alcance que le permitirá cruzar el Atlántico desde varias capitales europeas, con costes muy bajos.

No, no es Norwegian, la precursora de todos estos negocios, la que ha crecido desmedidamente, la que está en el foco de los inversores, la que ha ido por delante abriendo mercados. Esta aerolínea, oculta tras el megaproyecto de Norwegian, ha sido más prudente, ha crecido hasta donde han llegado sus posibilidades y no está endeudada. Es Primera Air.

Primera Air es una aerolínea escandinava, mucho más pequeña que Norwegian. No se puede comparar. Nació apenas en 2003, ofreciendo vuelos chárter en Europa, sobre todo a partir de Escandinavia, su base inicial. Opera desde Suecia, Dinamarca, Finlandia, Letonia e Islandia (¿para qué competir desde Noruega con su rival mayor?). Y, recientemente, desde Gran Bretaña, con bases en Londres Stansted y Birmingham. Y, aún más tarde, París Charles De Gaulle. O sea, una típica aerolínea vacacional europea.

Sin embargo, Primera Air se ha convertido en una revelación por sus vuelos internacionales de largo recorrido que ya están operando, sin tanto ruido como en el caso de Norwegian: vuela desde Birmingham, Londres Stansted y París Charles De Gaulle a Newark, Nueva York, con aviones de un pasillo, Airbus 321neo, que permiten un ahorro en el consumo y el gasto, por lo que el precio de los billetes empieza en los 99 dólares el trayecto. Desde Londres Stansted vuela también a Washington y Boston, mientras que desde París también llega a Boston.

A día de hoy, pese a todo el ruido, Norwegian aún no ofrece estos servicios ni desde Barcelona, ni desde Gatwick, ni desde París, porque vuela con el Dreamliner, un avión muy económico, pero aún con la filosofía tradicional del vuelo de largo recorrido. Si hay una verdadera revolución en los vuelos transoceánicos, esta empezó en silencio hace unos días con Primera. Norwegian, por su parte, vuela con B737 desde Irlanda y Edimburgo, con un éxito bastante menor, a aeropuertos secundarios de la costa Este americana. Norwegian, eso sí, espera en breve también su flota de A321, con los que entrar en este negocio.

El modelo de negocio de Primera es muy sencillo: precios bajos cuando hay competencia, márgenes altos cuando no la hay. Sus billetes parten de precios bajos y suben cuando comienza a ser necesario. Nada de lo que sorprenderse en un entorno tan competitivo como la aviación comercial. Y operaciones en rutas concurridas. Desde Stansted, nada menos que la base de Ryanair, opera a Mallorca, Málaga, Alicante, Canarias o algunos destinos griegos. Sin complejos.

Lo más interesante es que además, planea abrir una base en Málaga, su destino mediterráneo mejor cubierto. Desde allí mantendrá sus operaciones por toda Escandinavia y Gran Bretaña, a día de hoy sus puntos fuertes.

Primera Air es parte del Primera Travel Group, una empresa propietaria de agencias de viajes y tour operadores en Escandinavia, con base en Riga, Letonia, y redes en Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia.