Los directivos del sector del turismo de la isla de La Palma, en Canarias, están aterrorizados por la ola de cancelaciones de reservas. “La Palma es una isla segura, pese al volcán” afirman. Porque la catástrofe está teniendo lugar en un área delimitada, sin riesgo para la población en general.
El volcán comenzó su erupción el 19 de septiembre y desde entonces ha habido una estampida de turistas. Hoy los hoteles de la isla admiten que apenas tienen una ocupación del quince por ciento. Antes de la erupción, la ocupación era del 70 por ciento y las reservas permitían esperar un buen invierno.
En un comunicado, el “Centro Insular para el Turismo” dijo que “nos estamos viendo obligados a reaccionar: está habiendo una tendencia descendente para los próximos meses. El panorama que nos espera es el de despidos, el final de los Erte por el posible cierre de los hoteles e incluso de la oferta extrahotelera.”
La Palma tiene una oferta turística bastante limitada pero como isla tiene una escasez de fuentes de ingresos que, con el volcán, se ven aún más castigadas.
La patronal hotelera ha dicho que La Palma, de seguir las cosas así, va a necesitar un plan específico de recuperación y la promoción turística”. Hay que recordar además lo obvio: también la isla viene de padecer dieciocho meses de crisis debido al Covid, a lo que ahora se suma esta nueva catástrofe.
La que ha líado Sánchez con el Volcán.....