Una organización juvenil del independentismo catalán, pagado con dinero del independentismo –se supone que una buena cantidad procedente de dinero público– volvió al ataque la pasada semana en una muestra más de su talibanismo feudal, su irracionalidad violenta y sentido del civismo y la modernidad.
En efecto. No es la primera vez que la muchachada de Arran se posiciona contra el turismo en la entelequia borracha que denominan “Països Catalans” donde ejercitan su colonialismo de barrio y dejan clara muestra de su antieuropeismo y su visión antimoderna fuera de la historia.
Las hazañas de estos chicos se sustancian rompiendo lunas de los coches, pinchando ruedas y barriendo todo lo que pillan a su paso. Quizá los que los financian deberían colgarles en sus pechos insignias de hojalata. Un ataque directo al turismo y a la imagen de Mallorca, que vive exclusivamente de esta industria, aprovechando que los turistas necesitan coches para desplazarse por la isla.
¿Alguien se imagina Mallorca sin turistas? ¿Alguien en su sano juicio podría decirnos de qué vivirían sus gentes sin que los turistas lo escogieran para pasar sus vacaciones? El renovado ataque demencial a los turistas se produce precisamente en un momento donde se aprecian signos de debilidad del sector claramente a la baja. Así que miel sobre hijuelas para los de la alocada turismofobia.
Ya hay datos fehacientes respecto al retroceso drástico de los turistas británicos a nuestro país y, por ende, que golpea también la nueva realidad a los lugares donde los de Arran ponen sus patas, su rabia y su furia. También llegan noticias respecto a que un 12 por ciento de los alemanes decidieron quedarse en su país para pasar sus vacaciones. Que yo sepa, uno de los lugares históricamente favoritos de los germanos para pasar sus días de asueto es precisamente Baleares. Es muy difícil que un turista que alquila un coche durante sus vacaciones raramente volverá cuando han destrozado su vehículo. Creo.
BREXIT
El Brexit todavía no ha dado su golpe definitivo al turismo español. Es decir, que estamos al inicio cuando todavía el Reino Unido de la Gran Bretaña continúa siendo un país miembro de la Unión Europea. Por otro lado, los bigotes de una nueva crisis enseñan sus pelos por todas las esquinas y ya sabemos cómo ello afecta al turismo finalmente. Cuando hay dificultades económicas en casa lo primero que se calza es el presupuesto para las vacaciones buscando otras alternativas.
Ya he escrito en otras ocasiones que en España existen distintas alternativas para hacer turismo. Si una mayoría de los ciudadanos de los destinos poderosamente turísticos cree que les sobre gente, la España vaciada y vacía debería aprovechar su oportunidad.
Ahí tienen a Castilla y León –lugares históricamente señeros– liderando en estos momentos el turismo rural que, por lo general, suele ser también rico en cultura y patrimonio artístico. Lo que España no puede hacer bajo ningún concepto es perder –por razones distintas– turistas en unos destinos y no recuperarlos en otros.
Lo que el país no debería aceptar bajo ningún concepto –ni las autoridades, ni los agentes turísticos, ni los trabajadores– es que jueguen con su pan de hoy y su seguridad en el futuro. Bajo ningún concepto.
Sr.Graciano hay un pequeño error ortográfico,se dice “miel sobre hojuelas”.Gracias y le seguiré leyendo con interés.