La Comisión de la Competencia negó que esté investigando el precio que las aerolíneas aplican en los vuelos entre la Península y las Baleares, en contra de lo que afirmó un consejero del Gobierno de Baleares en rueda de prensa.
La Comisión de la Competencia indica que no tiene ningún motivo para abrir una investigación porque no se ha presentado ninguna denuncia por una supuesta concurrencia de intereses entre las aerolíneas para manipular el precio de sus vuelos. Que una aerolínea suba el precio no es una irregularidad, que pacte los precios con las aerolíneas rivales, sí.
Lo que ocurre es que el Gobierno ha creado la figura del descuento del 75 por ciento, que altera completamente el mercado, más allá de que sea un descuento desproporcionado, como toca a toda medida burdamente electoralista. Ese descuento provoca técnicamente, incluso aunque las aerolíneas no lo desearan, que los precios suban. Especialmente cuando las aerolíneas trabajan con algoritmos sofisticados que les permiten determinar qué precio está dispuesto a pagar el viajero.
El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, dijo a la prensa canaria que pretende hacer que las aerolíneas sólo puedan preguntar a los pasajeros si son o no residentes en los archipiélagos al final del proceso de reserva. El ministro puede establecer esta orden, desde luego. Sin embargo, fracasará.
Hoy, los sistemas digitales saben a la perfección no sólo quién está haciendo una reserva sino sus preferencias y gustos. Hace unos días, Booking me envió un e-mail en el que decía que su departamento de investigación había determinado qué tres destinos eran los que yo iba a escoger con más probabilidad para un viaje futuro. Dos de ellos estaban ciertamente entre mis prioridades, mientras que el tercero se aproximaba mucho.
Las grandes empresas, espiando el correo, nuestra navegación –gracias a las 'cookies'– y hasta sabiendo con nuestro móvil por dónde nos movemos, son capaces de determinar exactamente nuestros gustos, no hablemos de nuestra residencia. Ahora el ministro, inocente él, parece querer ponerle puertas a esto, cuando ya se ha consolidado. Así, pues, entre demagogia y mentiras, la historia del descuento de residente, que beneficiará sólo a las aerolíneas, continuará dándonos momentos de surrealismo. Lógico.
Alvarito, que se te ve el plumero. Sabes que esa medida fracasará porque es sencillamente mentira que una compañía aérea suba el precio cuando un residente hace "click" en la pestaña "soy residente". Yo lo sé, tú lo sabes, hasta en la China popular lo saben. Parece mentira que te dediques al sector turístico y escribas estas opiniones sin fundamento ni conocimiento más allá de "las compañías tienen sistemas con algoritmos que predicen cuánto va a pagar un pasajero por volar", cuando tú mismo sabes que una habitación de hotel tampoco tiene el mismo precio todo el año, o un viaje al caribe, crucero o estancia en Port Aventura o Eurodisney. Existe la ley de oferta y demanda y es esa ley la que manda.
Me parece intolerable leer que que se esta mas o menor de acuerdo con la actual practica de las lineas aéreas. Simplemente estan robando dinero publico bajo la apariencia de hacer algo legal y a traves del ejercicio de un derecho ciudadano como es el de los residentes en canarias y baleares de acceder a tarifas aereas economicas como cualquier otro ciudadano y para ello necesitan ser subvencionados por el estado (todos). No es una medida electoralista si no de justicia. Creo que ser periodista es algo mas que escribir con mas o menos acierto en una publicacion periodica.