Natalie Tours: ¿liquidez... o solvencia?

La suspensión de actividades del que en sus buenos tiempos había sido uno de los mayores y mejores operadores turísticos de la Federación Rusa, ha cogido por sorpresa a muchos hoteleros del sector receptivo de España, de Turquía, de Grecia y de otros países. No en vano son los tres destinos habituales del emisor ruso.

Dentro de España, Cataluña es el destino más afectado, no sólo por las posibles deudas pendientes de cobro de turistas que ya se han alojado en los hoteles sino sobre todo porque dejar de recibir a los clientes de esa mayorista puede repercutir en una importante mengua de ingresos de bastantes centenares de millones de euros en el receptivo catalán.

Según relatan las fuentes que han dado a conocer la noticia, el empresario ruso alega problemas de liquidez como origen de la suspensión de salidas programadas entre el 4 de julio y el 30 de septiembre, o sea durante toda la plena temporada alta. Aseguran esas mismas fuentes que en octubre se reanudarían los viajes, hipotéticamente tras una recapitalización y/o venta de la compañía a inversores ajenos a la misma. Difícil, por no decir imposible, aunque siempre cabe albergar un hilo de esperanza en la vida.

La clave de este asunto es si los problemas de liquidez ocultan o no algo que, sin duda, sería mucho peor: un problema de solvencia. Solvencia que se habría estado deteriorando desde hace unos años por causa de la crisis iniciada con las sanciones europeas a Rusia por el tema de Ucrania y por el deterioro del rublo en su relación de cambio con el euro y el dólar y la consiguiente pérdida de poder adquisitivo de los integrantes de la antes opulenta clase media rusa.