Al final de febrero de este año, Norwegian, la aerolínea noruega, estaba en situación económica muy delicada. De hecho, hace ya un año que va de mal en peor, porque sus deudas y el volumen de sus pedidos de aviones nuevos y el riesgo en algunas expansiones, especialmente el mercado español, el francés del Caribe e Irlanda, la llevaron a perder dinero. Pero marzo ha sido otro desastre. Si el 1 de marzo la compañía estaba en situación incómoda, porque el valor de la acción estaba en mínimos, el mes de abril lo inicia con una caída adicional del 24.6 por ciento, que convierte al valor en prácticamente nada (Norwegian es la aerolínea con el mayor riesgo crediticio).
Este mes ha sido especialmente grave para Norwegian pero, a diferencia de otras noticias anteriores, estas no tienen que ver con la propia compañía, aunque sufre sus consecuencias. Fundamentalmente ha habido dos noticias: por un lado, la orden de paralización de vuelo de todos los Boeing 737 Max, de los que Norwegian opera 18 unidades, que supone hoy por hoy un serio revés económico. Es posible que en el futuro la compañía cobre una indemnización por parte del fabricante de los aviones, pero mientras tanto la situación se agrava sin que haya soluciones a la vista (Norwegian cancela sus rutas a Stewart (NY) tras la prohibición del 737 Max) (Norwegian no venderá aviones y recurrirá al ‘wet lease’).
La segunda noticia tuvo lugar esta semana cuando Easyjet anunció que este será un verano muy malo para la aviación porque la incertidumbre del Brexit está afectando las ventas. En realidad, no es este el único factor sino que convergen varias causas, una de las cuales es esta incertidumbre. Para Norwegian el mercado británico es muy importante porque tiene en Gatwick una de sus bases más importantes.
La noticia de Easyjet provocó una caída de los valores de la aviación, muy inferiores para los tres grandes grupos europeos, Lufthansa, Air France e IAG, fundamentalmente por la diversificación de sus riesgos.
Por periodos, el lunes la acción de Norwegian cayó un 5 por ciento, más del 11 en la semana y el 70 por ciento en los últimos seis meses, cuando se produce la ampliación de capital.
Norwegian se desmorona...
Nadie invierte ya una corona en esta compañía, sería tirar el dinero. Mucho tiene que cambiar, pero todo apunta a que es una empresa fracasada a pesar del esfuerzo que sobretodo hacen los trabajadores.
Es obvio. Una empresa fracasada por la incompetencia de sus directivos. Solo queda ver cómo será el funeral.
Todo el mundo lo sabe, menos algunos ingenuos trabajadores. Que tengan suerte.
No habrá funeral. Si acaso habrá boda entre un viejo de 100 años (o por ahí) y una joven de 26.