Los que durante años anteriores han exhibido sin pudor el cartel de la “turismofobia” van a encontrar razón a sus desvaríos. No por la fuerza de sus argumentos, sus mayorías sociales o corolarios de gran impronta, no. Van a encontrar la justa respuesta a sus demandas por el agotamiento del modelo, por lo caros de sus destinos y porque los mismos no encuentran valor añadido ante la aparición de nuevas competencias.
No contaría muchas albricias ni contaría las repercusiones que puede tener para el empleo, el crecimiento de la economía local, regional y nacional una brusca caída de visitantes, máxime cuando el “otro” modelo todavía no se ha puesto en pie.
Los últimos datos no dejan lugar a muchas dudas. Egipto, el gran país árabe envuelto hasta hace poco en una gravísima crisis institucional y política donde la seguridad no estaba garantizada, emerge de nuevo con gran fuerza (+39% de visitantes, básicamente en el Mar Rojo), al mismo tiempo que Turquía se anota muchos dígitos en positivo seguida de Grecia. El reverso de la moneda hay que aplicárselo a España. Canarias (-20%); Mallorca (-8 por ciento con 6 meses de caídas continuadas), así como el resto de los principales destinos hispanos de costa. Todo lo anterior referido al emisor alemán. El británico tampoco le va a la zaga.
¿Motivo? ¿Causa? Los bajos precios de los países citados y competidores que obligan a los hoteleros españoles y en general a toda la industria turística a bajar precios y convencer a los mayoristas europeos de sus bondades.
Nada tiene de extraño, por tanto, que en un destino importantísimo como la isla de Mallorca e imbatible durante lustros los hoteleros hayan puesto su grito en el cielo ante lo que es una “bajada general de ocupación” que han encendido todas las alarmas. Incluso en la Isla de Ibiza los empresarios ofrecen en estos momentos descuentos de hasta el 40 por ciento en el precio de las habitaciones.
Ya digo, que estarán contentos aquellos que llevan perorando insistentemente en la masificación turística de las Baleares. ¡A ver ahora qué pasa! Con el empleo, la inversión y las perspectivas de futuro. Una persona que ha tenido importantes responsabilidades institucionales en esas islas manda ahora en el turismo de toda España. Supongo que ya tendrá soluciones que poner sobre la mesa. Porque se las van a exigir antes que tarde.
VUELTAS CON EL IMSERSO.
La nueva mandamás del Imserso, Carmen Orte, amiga personal de Francina Armengol, de hecho, le debe su nombramiento, ha hecho algunas ampliaciones a los planes de su antecesora la popular Carmen Bafalgón. Amplía los destinos a países de Europa y abre la línea de balnearios.
A lo segundo hay poco que añadir salvo el aplauso. Los mayores se merecen todo y más. Más controvertida es su propuesta de considerar como destinos del Imserso (dinero público) países de Europa, entre otras cosas, porque los hoteleros españoles recuerdan que esta modalidad turística fue creada, además de hacer que los jubilados puedan salir de sus casas y conocer mundo, para mantener los puestos de trabajo dentro del propio país.
Comprendo la inquietud de los empresarios pero, sinceramente, a mí no me parece una propuesta (ya veremos si cuaja) que deba desecharse nada más enunciada. Europa es parte ya de nuestro territorio “nacional” y existen otros precedentes como el Iberrail y si se me apura el “Erasmus”, aunque ya sé que este tiene una connotación juvenil y académica.
Lo importante, desde mi modesto punto de vista, es abrir nuevas vías y otear horizontes nuevos. Porque siempre se podrá pedir a los países receptores que amplíen sus programas de viajes para mayores y jubilados a España.
El mundo ha cambiado. Es más, cambia a velocidad de vértigo. Ya no hay fronteras, salvo las que quieren poner en algunos territorios ancestralmente españoles.
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