Pepe, siempre Pepe

Si una actuación puede ser símbolo de nuestro Pepe, si pudiéramos resumir su temperamento, su estilo y su forma de ver el mundo en una de sus decisiones, el patriarca de Air Europa queda totalmente reflejado en su acuerdo con Venezuela para el desarrollo del turismo. Puro Pepe (Air Europa: alianza estratégica con el régimen de Venezuela).

No hay ni un empresario en el mundo que hoy se atreva a sentarse con el gobierno de Maduro para negociar ni cuánto azúcar le pone al café. Pero Pepe sí. Porque este es el ambiente natural en el que Pepe se agranda. Aquí está a sus anchas. Es su medio, el barrizal.

Todos vemos que con esta gente Pepe puede perder la camiseta. Pero Pepe piensa que será Maduro y los suyos los que saldrán perdiendo. Y a decir verdad, yo me fío más de nuestro Pepe que de Maduro. Porque Maduro es un advenedizo al lado de Pepe. Pepe tiene oficio, sabe moverse, tiene cintura. Es un hombre hecho a sí mismo a partir de la nada.

Para poder moverse en este entorno, no hay que tener creencias. Ni principios. ¿Cómo puede una persona seria mantenerse un minuto en una mesa negociando con el gobierno de Venezuela? ¿Cómo se puede uno comprometer a desarrollar el turismo en un país en el que la gente no tiene comida? ¿Cómo se puede soñar con hacer algo allí, con las fronteras llenas de gente que se marcha del país?

Pero estas son las aguas en las que nuestro Pepe nada a las mil maravillas. No se preocupen que no va a perder nada y, en cambio, tiene mucho que ganar. Porque Maduro está desesperado, necesita que alguien le haga caso y, probablemente, en esta situación acepte cualquier cosa. Para eso está nuestro Pepe.

Las posibilidades de que Venezuela reciba un turista en los próximos veinte años es nula. Pero eso no le preocupa ni a nuestro Pepe ni a Maduro, porque no se trata de vender nada real, sino de simular, de vender humo.

Yo no sé si Air Europa está enderezando su rumbo. Parece que sí, pero siempre está al mando de alguien tan surrealista como Pepe, dispuesto a hacer negocio en las circunstancias más rocambolescas. No le hable usted a Pepe de competir en condiciones de igualdad, con creatividad y calidad en el servicio. No, esto para los gringos. Pepe es otra cosa y ahora nos lo va a demostrar en Venezuela. A seguir la jugada que, seguro, acaba en goleada para nuestro Pepe, por supuesto (Venezuela, en bancarrota, adeuda 370 millones a Iberia y Air Europa).