Gabriel Escarrer, el CEO del Grupo Meliá, está muy activo últimamente en las palestras públicas. Ha entendido a la perfección que la cosa no va solo de hacer agradable la vida a sus clientes en sus hoteles y demás productos que ofrece.
No. Ha entendido con toda justeza y argumentos tan en boga hoy en día, dada la proyección internacional de su grupo, que las cosas y las conclusiones tienen antes un por qué y existen unas premisas sobre las que asentar el final. En esas estamos.
Escarrer, que subliminalmente ha tomado el liderazgo del decisivo sector empresarial turístico español, es un tipo joven y suficientemente preparado. Su patrimonio, supongo, le da también una cosa básica para poder conducirse con coherencia por la vida: libertad. Libertad para hacer y decir que en este lar hispano siempre fue el talón de Aquiles de unos y otros.
Pues bien, el primer ejecutivo de Meliá ha lanzado una idea rompedora y nueva que podía hacer historia. Refiriéndose concretamente a la competencia de los apartamentos turísticos, ilegales unos, permitidos otros, ha subrayado que si los taxistas se manifiestan en calles y plazas pidiendo justeza cuando llegan los de otras competencias a robarles el pan, por qué los hoteleros no se han planteado hacer lo mismo.
Miren, a mí siempre me han gustado las “reformas” porque al final la vida (toda) es cambio. O cambias o te cambian. La idea puede resultar extraordinariamente activa en unos tiempos en los que te dejas ver o te anulan. El poder político en sus más diversas manifestaciones sólo atiende cuando se cuarte el “statuo quo” y la comodidad en la que se instala nada más hacerse con el machito.
Seguro que si los empresarios hoteleros (y otros corolarios abyacentes a esa actividad) se hubieran hecho presentes en la calle y hubiera organizado algaradas las administraciones que se muestran tan remisas a tener en consideración sus justos argumentos ya hubieran estampado sus firmas para encontrar soluciones razonables al problema creado con los apartamentos turísticos, convertidos en un maná insospechado para ya miles de personas.
El sector turístico en España, sus protagonistas –unos conocidos otros no- se han dedicado más a trabajar que a piarlas. Aguanta carros y carretas, entre otras cosas, porque sus tiempos se dedican a mantener lo que tienen o a construir cosas nuevas. Pero todo tiene su afán.
Incluso, sobrevolando el caso concreto que nos ocupa y sobre el que ha puesto el dedo en la llaga Gabriel Escarrer, creo que en términos generales el Sector Turístico en España debe aprender a ser más reivindicativo. De forma continuada.
Y ahí lo dejo por hoy.
LO DE NADAL BELDA.
Álvaro Nadal Belda dicen que es ministro de Turismo. Dicen. Creo que le interesa poco aunque cuando llega FITUR se pone el chándal y no deja stand por visitar, especialmente si son de amiguetes. Nadal presume de ser un pitagorín; no sé si lo es. Lo que seguro que no es ni parece es “ministro”. Un ministro que se precie en puridad democrática está a la que cae, se adelanta a la jugada, otea el horizonte y se pone delante de la manifestación.
El Turismo en España continúa como un cañón al margen de él. Esa bicoca la quisieran otros.
Cada día es más urgente contar con una persona que se siente en la mesa del Consejo de Ministros y se dedique sólo y exclusivamente al Turismo. Como se avecinan grandes cambios en Moncloa podría resultar de nuevo la gran oportunidad.
¡Podría!
AMEN.
Solo recordarles que la gravedad de la situacion requiere que traten al pais como a sus propias empresas y no promuevan a politicos que no durarian un dia en sus empresas. Por carecer de meritos, honradez y capacidad real alguna de liderazgo equipos y causar el caos y la ruida en caso de ser contratados
y..., ¿si todos los propietarios de viviendas que alquilan habitaciones a turistas, tomaran las calles como los taxistas.., incluídos los que siempre han alquilado apartamentos por semanas, o quincenas, en las zonas de playa, que no es ni de ayer, ni de hoy, qué pasaría?
La calle no se toma por intereses empresariales, los hoteleros tendrán que convivir con la realidad, lo mismo que hacenos todos... '' Nuevos tiempos, nuevos metodos''...
si hicieran una manifa tipo cocktail pues todavía, pero si no hay manifa con glamour...... mejor mandamos a los empleados bajo presión, desde cuando se ha visto a un director y/u/o propietario en una manifa................ jajaja, que desprestigio xd
Escarrer en la,cabeza de la manifa con Matutes a un lado y la Piñero al otro... bonita estampa
Apuesto por algún tipo de manifestación para que se enteren de que creamos empleos y nosotros pagamos impuestos.
Yo no se si hace falta una manifestación...No me gusta prohibir me gusta competir...pero en igualdad de condiciones. Regulen el alquiler turístico, no lo prohíban. Eso también es turismo, no sólo los hoteles. Que los políticos y administraciones tienen que trabajar un poco más dura para regular, pues que lo hagan. Nadie dijo que tuviera que ser fácil.