Thomas Cook: Fluxá pide serenidad frente a la catástrofe

La quiebra de Thomas Cook ha traído el desasosiego al sector turístico de medio mundo. La caída del segundo operador europeo ha golpeado con tremenda dureza a la primera industria de España. Superar este tsunami será una tarea ingente, ardua, para empresas, proveedores y, por supuesto, para miles de personas. No por sabida, la desaparición de TC ha generado una zozobra de la que algunos tardarán mucho tiempo en recuperarse.

Se entiende y se comparte el malestar de los afectados, sobre todo los de Canarias y Baleares. Pero lo peor que le puede pasar al Sector es que empiece a cundir el pánico, aunque haya motivos sobrados para la inquietud. Afortunadamente, la caída llegó en un momento de cierta bonanza, tras años precedentes con registros  más que extraordinarios. Siete u ocho temporadas atrás, el desplome de TC habría acabado con la ruina de muchas empresas.

El escenario es preocupante, sin duda, pero como dice el empresario mallorquín más comedido y respetado —por querido —Pedro Pascual, dueño Viva, cadena de tamaño medio, "saldremos adelante; nosotros y mis colegas". De igual manera piensa su paisano del mismo pueblo, grande de la hotelería e íntimo amigo, Miguel Fluxá. La empresa de este, Iberostar, es una de las más afectadas y a pesar de ello día tras día su presidente da ejemplo de serenidad.

Miguel Fluxá pide tranquilidad a todo aquel con el que se encuentra, sean compañeros, periodistas, proveedores, propietarios de hoteles asociados a Iberostar, equipo, etc. No desaprovecha ocasión para decir que el turismo es fuerte y que no hay que caer en el desánimo, que hay que luchar, que costará mucho pero que más pronto que tarde se superará el estrés del terremoto TC. Su objetivo es transmitir a todo el mundo el optimismo que le caracteriza.

Probablemente a Fluxá le habrá  dolido más que a nadie el derrumbe de Thomas Cook, grupo con el que compartió edificio central en Palma hasta el año pasado. Además, TC era la casa matriz de Neckermann. Este operador ha estado ligado durante mucho años al grupo que preside, pues además de nutrir de clientes a todos sus hoteles no se olvide que desde hace décadas se encargaba del  receptivo en todo el orbe. Para Fluxá, NUR no es Viajes Iberia, pero casi.

El domingo pasado, después de una maratoniana jornada de trabajo, de reuniones y de llamadas incesantes a colegas, políticos y proveedores, el presidente de Iberostar se fue a su casa convencido de que Thomas Cook se había salvado aunque fuera de forma momentánea, tal y como adelantó en exclusiva preferente.com. Una labor meritoria pero baldía. Desde ese domingo no ha parado de transmitir energía positiva a todo su entorno y a los afectados.

Cóndor se ha salvado, al menos por ahora. Pero en el supuesto no deseado de que fuera arrastrada por la quiebra de TC, en el mercado hay aviones de sobra para suplir a esta reputada aerolínea y a los de la compañía cerrada del grupo caído. Hay muchos afectados, muchos dolientes, pero también hay que pensar que Meliá, Barceló, Riu, Bahía Príncipe y otras menos importantes no han padecido el temblor. El turismo es tan frágil como sólido, por paradójico que resulte.