Hay dos proveedores de servicios online, los metabuscadores Trivago y TripAdvisor, que lo tienen negro: ellos son las primeras y principales víctimas de Google. El gran buscador de California está enlazando toda su plataforma de información turística para ofrecerle al visitante todos los datos de que dispone en un único sitio, con la superioridad tecnológica de Google, de forma que tanto el negocio de Trivago como el de TripAdvisor pierden sentido.
Por eso, por ejemplo, Trivago perdió casi un 12 por ciento de facturación en 2018, lo cual naturalmente ha afectado sus resultados económicos. TripAdvisor también ha perdido valor: en abril las acciones perdieron un 14 por ciento de sus valor; casi un 15 en el trimestre pasado, algo más del 16 por ciento de caída desde el uno de enero.
Las cosas son más complicadas porque cuando decimos Trivago decimos Expedia, su propietario. Expedia es otra cosa porque es una OTA, cuyos ingresos vienen de la venta de viajes. Google también podría ponerse a vender viajes mañana mismo, pero no entra en el negocio porque las dos grandes OTAs, Expedia y Booking, gastan en Google casi todo su presupuesto en publicidad, con lo que siendo grandes clientes, Google los cuida. Pero Trivago o TripAdvisor, sin embargo, tienen un futuro incierto.
¿De qué viven Trivago o TripAdvisor? De cobrar por cada click que el usuario hace en la web del hotel procedente de sus páginas. El que paga es el hotel, que recibe al cliente en su web y puede venderle el alojamiento sin intermediarios. Pero hay un problema. El usuario, usted o yo, no entra inicialmente en Trivago o TripAdvisor buscando el hotel sino que entra en Google, el portal de casi todo.
Una vez en Google, encuentra un listado de hoteles y es cuando busca en Trivago o en TripAdvisor un rating y comentarios de otros viajeros. Cuando Google crea su propia plataforma para este uso, puede barrer del mapa en un segundo a TripAdvisor o a Trivago porque, simplemente, el viajero entra originalmente en Google, que es quien canaliza el tráfico.
Ya hace varios años que tanto Trivago como TripAdvisor están buscando desesperadamente un modus operandi que les de resultados económicos. Pero siguen en una situación confusa y ambigua. Los dos han intentado convertirse en OTAs, pero no llegan al nivel de las grandes; han querido ser vendedores de experiencias, pero no terminan de cuajar como tales (Golpe a Expedia, Booking y Trivago por tácticas de ventas engañosas).
TripAdvisor ha conseguir detener su crisis vendiendo entradas a oferta complementaria, lo cual no le está yendo mal, pese a que es una parte menor del negocio (Juzgan a Tripadvisor por no filtrar las opiniones falsas). Esto funciona así: usted llega a una atracción en el destino vacacional en el que ya se encuentra. Ve las colas y entra en TripAdvisor a ver qué valoración se hace y si hay otras atracciones interesantes en el entorno. Y entonces compra en TripAdvisor las entradas (El hostelero que ha llevado al banquillo a TripAdvisor: “Son como la mafia”).
Simple: El coste Marketing de una visita (y estos hacen TV) es superior al beneficio obtenido por ésta.
Sobrevivirán mientras los fondos de inversión sigan inyectándoles capital.