Los incansables seguidores del mundo de la aviación descubrieron este martes algo inusual: Tui, el grupo alemán, transportó su avión Boeing 737 Max que estaba en el aeropuerto de Tenerife Sur, a la ciudad británica de Birmingham. Aunque este avión no tiene autorización para volar regularmente, bajo determinadas limitaciones de altura y velocidad, y por supuesto sin pasajeros, se han concedido permisos para reposicionarlos.
Este avión, con matrícula británica G-TUMF, fue entregado por el fabricante el 22 de febrero de 2019. Y sólo voló hasta el 13 marzo, cuando se dictó la orden mundial para paralizarlos. Desde entonces, 19 meses después, el avión no ha volado y estaba en Tenerife, donde le pilló la orden inesperada, tras el accidente de Etiopía. Desde entonces era parte del paisaje canario. Este martes a las 10.42 partió, con una operativa un tanto peculiar.
En contra de lo habitual (30 mil pies, aproximadamente) el avión voló a 18 mil pies de altitud, con una velocidad de 345 nudos.
Anteriormente había sido noticia la autorización para que Norwegian trasladara un avión suyo desde Málaga a Estocolmo, lo cual fue abortado por las autoridades alemanas que no permitieron el paso por su espacio aéreo.
La operación de ayer tuvo lugar después de que la Agencia Europea de la Seguridad Aérea (EASA) hiciera las pruebas de seguridad a la versión corregida del avión, lo cual tuvo lugar en Vancouver porque Estados Unidos se negó a permitir la entrada de los inspectores por el Covid.
Anteriormente, ya las autoridades canadienses y americanas habían hecho las inspecciones y fuentes solventes vinculadas al fabricante indicaron que probablemente las operaciones de este modelo se reanudarían en el entorno de las navidades de este año.
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