Turistas indignados: "¡Las inundaciones nos arruinaron las vacaciones!"

Los medios especializados en turismo en Europa empiezan a publicar historias vergonzosas de cómo algunos de nuestros turistas consideran que las riadas que provocaron la muerte de trece personas en Mallorca, arruinaron su descanso (Catástrofe en Mallorca: dos turistas entre los 10 muertos).

En un medio, una viajera que se identifica como Gordana Rojko se queja de que debido a las lluvias, ella y su marido tuvieron que estar dentro del hotel durante horas. Ella y otros viajeros son entrevistados en sus países por los medios locales. Este es un pasaje de una de esas entrevistas.
La publicación dice que los turistas tenían miedo y se encontraban desasistidos, “algunos de ellos enfadados por haber tenido que sufrir la interrupción de sus vacaciones”.

La turista explica al periodista que se sintió “terriblemente enfadada. No pudimos salir del hotel durante siete horas”, dice la alemana que se alojaba en S'Illot, a pocos kilómetros de Sant Llorenç, el pueblo arrasado por las lluvias. El periodista narra que el hotel se encuentra exactamente en la salida al mar del torrente que se desbordó.

Rojko añade que “tuvimos un gran desengaño. Nadie vino a preguntar por nosotros, pese a que el hotel estaba rodeado de agua. Estábamos en el tercer piso”, y acusó a los empleados del hotel de pasividad. Su marido dijo que visitaba Mallorca anualmente desde 1975 pero que el hotel no funcionó porque nadie hablaba inglés o alemán “con lo que no sabíamos qué estaba ocurriendo”.
Otra turista, Denise Browes, inglesa, jubilada, de 70 años, añadió que estaba tremendamente enfadada. “Pagué 460 euros y no había piscina, ni entretenimiento, ni nada”, debido a las lluvias y las inundaciones.

En otro hotel en Playa Moreia, la terraza se tuvo que cerrar y el restaurante, lleno de barro, quedó fuera de uso. Allí Henriette Kruip dijo que el hotel se vio obligado a cerrar por falta de agua, luz y teléfonos.

Entre los clientes estaban Helmut y Anneliese Andler, dos jubilados alemanes que estaban de vacaiones con sus nietos. “Vimos dos coches arrastrados por las aguas. Nunca habíamos visto algo así.” Añadió que llenó el coche de cosas para marcharse aunque tuviera que pagar una noche de hotel adicional en Palma. La mujer de Helmut explica que “estábamos un poco enfadados, porque los comercios y los bares estaban cerrados”.

Probablemente haya muchos turistas con sentido común que entienden perfectamente la magnitud de la tragedia, pero ciertamente algunos tiene la capacidad de sorprender a cualquiera.