Dos empresarios hoteleros de Barcelona que han copado durante un cuarto de siglo, más o menos, los principales cargos institucionales asociativos en diversos organismos han dicho adiós en las últimas semanas. Y no lo han hecho, al menos uno de ellos, porque tenga ganas de retirarse sino porque ha perdido el apoyo necesario para mantenerse por más tiempo en el poder.
El caso de mayor repercusión es el del que ya ha anunciado que dejará la presidencia del comité ejecutivo del Consorcio Turismo de Barcelona. En ella será sustituido, en breve, por el nuevo presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de la capital catalana, quien ya ha dejado claro que se hará cargo de momento, hasta que encuentre a un vocal de la institución cameral que le parezca oportuno a él y a su junta para delegar la función. Y que nadie se extrañe si ese futuro vocal hipotéticamente llamado a asumir en el futuro la presidencia procede de las pymes.
Igualmente dejará su cargo en el poderoso Gremio de Hoteles de Barcelona su presidente, tras cuatro lustros a su frente, y con modificación estatutaria de por medio en su día para precisamente prolongar mandato. Este hotelero, que en su día fue uno de los primeros en llevar la sede social de su negocio a Madrid, también es vicepresidente segundo del comité ejecutivo del consorcio. En el gremio será sustituido por otro empresario, de las empresas grandes, como de gran tamaño son sus más significativos establecimientos.
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