Entrada en el puerto de Palm Beach, al lado de Miami, este miércoles. El fantástico crucero Grand Celebration entra en la zona protegida. Normalmente es un evento: los viajeros retornan de un crucero de ensueño por las islas del Caribe, tras haberse dejado un dineral. Esta vez no es así: los mil viajeros no han pagado su billete, no traen recuerdos precisamente maravillosos y no son continentales. No los esperan sus familiares sino los servicios de emergencia. Esta vez los viajeros son residentes de Bahamas que están siendo evacuados de Grand Bahama, una de las dos islas arrasadas por el huracán Dorian.
Los cruceros de la Paradise Cruise Line para este viernes, el domingo, el martes y el jueves se han cancelado porque la naviera se va a dedicar al trabajo humanitario de rescatar a las víctimas que las autoridades están llevando a los puertos.
Otras navieras, en cambio, han incluido otras islas de Bahamas en sus programas, como gesto para aportar ingresos a la economía local, porque no todas las islas del país están afectadas o no están tan afectadas como Grand Bahama y Abacus.
Oneil Khosa, el director general de la Bahamas Paradise Cruise Line, explicó a la prensa que “Grand Bahama –una de las islas arrasadas-- es nuestro hogar cuando no estamos en casa. Estamos comprometidos con ayudar en todo lo que podamos. Pretendemos regresar a nuestro plan de cruceros apenas podamos, pero ahora creemos que rescatar gente es lo mejor que podemos hacer por ellos”. La compañía está haciendo reservas para cruceros en el futuro y, además, respetará las comisiones de las agencias de viajes que han vendido los viajes cancelados.
La naviera, por otro lado, acepta donativos de quienes tengan relación con ellos o que vayan a viajar en futuros cruceros que, presumiblemente, se reanudarán a finales de la semana que viene.
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