Siempre he creído y entendido que Simón Pedro Barceló es algo más que un empresario hotelero. Es, en efecto, un empresario relevante del Sector, incluso muy importante, aunque haya fracasado en su famoso y generoso intento de fusión con NH.
Barceló es balear y eso imprime carácter. Con cosas a favor, naturalmente y también otras en contra, naturalmente. Pese a esa seña de identidad de procedencia muy valiosa (sin duda), Simón Pedro es un hombre viajado, conoce el mundo, sabe por dónde se vehícula el globo e interpreta la globalización desde la realidad misma. Es un hombre de cifras y hechos. También de ideas, unas acertadas y otras erróneas. Con amplio sentido crítico. Por eso es un buen empresario y por eso también le va bien, dicho sea en términos generales.
La semana pasada el primer ejecutivo del Grupo Barceló imprimió su propio decálogo que viene a ser un alegato en forma de análisis general sobre la España turística. Los dos primeros puntos de ese particular vademécum de SP Barceló hacen referencia al cuadro general del turismo nacional. Dice dos cosas de cajón. La primera es la negación de esa visión pesimista según la cual España vive del llamado “turismo prestado” en base a los turistas que llegan a nuestro país que huyen de los conflictos en los países mediterráneos del Norte de Africa. Supongo que los visitantes no se van de vacaciones para sufrir. Entiende Barceló que España como destino seguirá creciendo en los próximos decenios “al mismo ritmo” que crezca el turismo mundial y la economía global. De cajón. Apunta, sin embargo, algo realmente valioso: debemos crecer en los “mercados lejanos” donde todavía no hemos dado cumplida respuesta ni se ha trabajado extensa y profundamente.
DE CATALUÑA A LA COMPRA DE NUEVOS HOTELES.
La posición de un empresario turístico tan relevante como Barceló respecto al principal problema nacional que el Estado tiene encima de la mesa (el intento secesionista y la consiguiente desestabilización a todos los niveles, especialmente en los económico) tiene especial relevancia, aunque no sea nada nuevo entre el casi cien por cien de los agentes económicos.
“Pedimos que de una vez por todas Cataluña normalice su situación política y que el nuevo presidente trabaje por su tierra dentro de la España constitucional…” Parecería algo obvio pero no lo es. Entre otras cosas porque el problema sigue ahí, vivito, coleando y perjudicando (mucho) no sólo a los intereses catalanes sino para todo el país.
Parece vacunado el líder del Grupo Barceló en cuestiones de OPAS tras el fiasco NH. Se acabó. Punto. La compra de empresas o grupos en Europa tampoco parece que sea el camino para el conglomerado turístico balear. El ciclo económico alcista sólo permite fijarse en la adquisición de hoteles concretos aquí y en el continente. Dinero parece contar con ello. Este 2018 pondrán 0 a la deuda y el ebitda supera los 400 millones de euros.
La bala final va dirigida para los pisos turísticos. Con una lógica elemental: ello va a provocar (como ya está sucediendo) un rechazo generalizado al turista e introduce elementos no regulados que van a dar muchos quebraderos de cabeza.
En síntesis, no viene mal para la moral del Sector que emprendedores que son capaces de aumentar lo heredado levanten de cuando en vez la vista del papel y oteen el horizonte. Una visión en lontananza, global e informativamente repleta.
Ahora les toca a usted, amable lector, opinar.
Simón Pedro Barceló es una de las mejores cabezas del turismo español. Sabes de qué habla...
Mi respero y admiracion para SPBV, una mente brillante. Fue un placer compartir y aprender de el.
SPBV es una de las personas más brillantes que he conocido y con la que he tenido el placer de trabajar y aprender; cuando él habla, los demás debemos escuchar.