Y ahora ¿hasta cuándo?

La pregunta no es la típica tontería de un quejica. La pregunta que hago tiene un origen científico que ahora voy a explicar y que me parece que, al menos, debe ser contemplado.

Hay un grupo de científicos de primer orden –pueden estar equivocados, naturalmente, pero no son unos matados que están improvisando—quienes afirman que el problema de los países que adoptan medidas tan duras como las que ha adoptado España y antes Italia es cómo salir de esto.

Porque, afirman, lo máximo que podemos conseguir con estas medidas es que el número de contagiados no aumente. Eso es lo que se busca. Lo que pretendía China y, aparentemente, lo logró. Sin embargo, queda la pregunta de cuándo se acabarán estas medidas y volveremos a la normalidad.

Las expectativas son de que este bloqueo del país pueda durar un mes. Sin embargo, estos científicos dicen que de eso nada, que si en un mes se volviera a permitir la vida normal, nuevamente el virus volverá a hacerse presente. Y dan un ejemplo perfecto: hace dos meses, España no tenía virus y se coló. Explican que el virus se volverá a colar, porque en el mundo contemporáneo, evitarlo es simplemente imposible.

John Edmunds, uno de estos expertos, explica que hay dos formas de controlar un virus como este: la primera, virtualmente imposible, controlando cada uno de los portadores, que incluye también a aquellos que no tienen síntomas o, la segunda, dejando con más o menos control que el virus se expanda y se llegue a una umbral en el que el número de infectados es tal que no se puede seguir extendiendo. Entonces, quedamos inmunizados y se podría retomar la vida normal. El virus, inmunizados, ya no afecta más que a una proporción irrelevante de la población.

Aducen que ese proceso de control y descontrol del virus tiene que estar muy bien gestionado porque a más y mejor atención médica –sobre todo respiración asistida y alguna medicación complementaria—se da a los pacientes, el número de muertos es menor. Como el número de médicos y el de camas hospitalarias es limitado, porque nadie estaba preparado para una epidemia así, es importante controlar ese flujo a los hospitales, para dar un servicio correcto y reducir la mortalidad.

Yo no digo que estos científicos tengan la razón. No lo sé. Algunos de quienes los critican afirman que es una postura arriesgada aunque añaden que quizás tengan razón.

Entonces, sin ánimo de intentar amargar el día a nadie, ¿hasta cuándo vamos a estar así? Porque, no se trata de soportar un mes aislado para que al día siguiente volvamos a las mismas, pero con un tremendo agujero económico.

Malo si hacemos, malo si no hacemos, viene a decir esta gente.