La Consejería de Turismo de Baleares tan solo ha inspeccionado 198 apartamentos y viviendas de alquiler turístico, de las que 159 acabaron en acta de infracción. Un cifra irrisoria teniendo en cuenta que en las Islas hay más de 30.000 alojamientos en edificios plurifamiliares que se arriendan de manera ilegal a turistas.
Esta temporada la presión sobre los apartamentos turísticos ilegales ha sido mínima, según cuentan los inspectores, pese a que los propietarios se quejan de una “avalancha” de multas de hasta 40.000 euros. De hecho, se han limitado a dar respuesta a las denuncias que les llegan de vecinos molestos con los excesos de algunos viajeros o de hoteleros. “No se ha hecho nada de oficio”, apuntan.
Desde el departamento que dirige Biel Barceló prometen más contundencia la próxima temporada cuando se regule la oferta ilegal, según Diario de Mallorca. De hecho, se espera para este mes el borrador sobre la futura normativa.
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