El rosario de fallos judiciales en contra del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat) de Barcelona ha obligado a la alcaldesa, Ada Colau, a negociar los posibles cambios con los hoteleros, después de tres años de desencuentros y negociaciones prácticamente inexistentes.
El cambio de actitud viene motivado por el hecho de que el Tribunal Supremo ha de decidir ahora de forma definitiva la viabilidad del plan, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña haya terminado por declarar nula la normativa.
En estos momentos, y a la espera del fallo judicial, el Ayuntamiento no tiene más opción que negociar con el sector hotelero o volver a suspender licencias de alojamientos turísticos.
Hasta ahora se han llevado a cabo dos reuniones con el Gremi d’Hotels, entidad que rechaza la moratoria hotelera impuesta por la Corporación municipal (Jordi Clos: “La moratoria hotelera de Barcelona es un fracaso”), por lo que, como informa La Vanguardia, reivindica un modelo que dé respuesta a las necesidades del sector y plantean acordar unas reglas que permitan crecer de una forma ordenada, apostar por un modelo de calidad, armonizar la vida entre turistas y residentes y dar solución a la falta de vivienda.
Los hoteleros proponen que, en el centro de la ciudad, se reconviertan plazas de otras modalidades de alojamiento en hoteles, así como promover nuevos proyectos hoteleros en el resto (Barcelona: reclaman relajar la moratoria para atraer hoteles de lujo).
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