La agencia Bloomberg, especializada en información económica, ha publicado un artículo con un demoledor titular: “La alcaldesa de Barcelona a los turistas: marchaos”. El texto, que versa sobre los cambios que se prevén en el sector en caso de ser nombrada primer edil la líder de Barcelona en Comú, detalla algunas de las ideas de Ada Colau y resume las últimas protestas de la población local contra el exceso de visitantes.
Entre otras cosas, destaca que la alcaldable “que lidera una coalición de ambientalistas y activistas sociales que ganó las elecciones municipales en mayo dice que el auge del turismo está haciendo inhabitable la ciudad para sus 1’7 millones de residentes”.
De los movimientos vecinales o gremiales contra el ‘boom’ reseña las quejas de los vendedores del mercado de La Boquería, que dicen que los turistas curiosos impiden a los locales hacer sus compras. También recuerda las protestas de los vecinos de la Barceloneta el año pasado contra la explosión de los alquileres vacacionales en sus fincas, así como la reciente ocupación de un edificio para evitar su conversión en hotel en el barrio de Gracia. Además, escribe “los locales se quejan de todo, desde el ruido hasta las basuras y al aumento de los precios de la vivienda”.
Bloomberg recuerda que Ada Colau declaró a El País el pasado 1 de junio que piensa aprobar una moratoria para la creación de nuevas plazas hoteleras y la concesión de licencias para alquileres turísticos y que desarrollará un plan para que Barcelona no “acabe como Venecia”, donde la población autóctona se ha reducido desde los 180.000 habitantes en los años ’60 hasta los apenas 60.000 de la actualidad.
No obstante, “no hay señal de un punto de inflexión” en el que los costes del turismo de la Ciudad Condal superen a los beneficios, según el profesor de la universidad de Breda, Greg Richards. Por otra parte, la autora del libro ‘Overbooked: The Exploding Business of Travel and Tourism’, Elizabeth Becker, ha afirmado que Colau podría utilizar medidas focalizadas para limitar el daño causado por el turismo, sin hacer que la ciudad parezca contraria a los visitantes. Entre estas acciones reseña la introducción de límites a la llegada de cruceros, mayor regulación de los alquileres de corto plazo y restricciones a la actividad detallista, como la prohibición de la venta de souvenirs dentro de La Boquería.
Si en los últimos tiempos se están tratando con visión de negopcio servicios tan fundamentales como la sanidad, la educación o la justicia, ¿por qué no admitir de una vez por todas que hay turistas NO rentables, que cuestan más de lo que ingresan?.