El futuro de la estación de esquí de Boí Taüll y de los seis hoteles del complejo, que explota la empresa Promocions Turístiques de la Vall, está en riesgo. La promotora ha presentado el concurso voluntario de acreedores con una deuda de 40 millones de euros y un activo de 62 millones.
El pasivo procede, según La Vanguardia, de las obras que acometió hace ocho años para ampliar el complejo inmobiliario. Hace tres ejercicios, la inmobiliaria Nozar, propietaria de Boí Taüll, también presentó concurso. El ICF (Institut Català de Finances), dependiente de la Generalitat de Cataluña, es uno de los acreedores de la empresa, que le adeuda unos 6 millones de euros.
Tan solo hace una semana que los responsables de Boí Taüll anunciaron el adelanto del cierre de la temporada porque los ingresos han bajado un 30%, por la escasez de nieve en los últimos meses, y presentaron un Expediente de Regulación Temporal de Empleo de medio año para sus 90 trabajadores.
El alcalde de la Vall de Boí, Joan Peralada, ha expresado su temor a que no se pueda contar con las 700 plazas hoteleras del complejo para la celebración de los SkiGames del próximo verano. Igualmente, ha manifestado su preocupación por los 400 puestos de trabajo que dependen del conjunto de las instalaciones. Peralada también ha pedido esfuerzos para que la estación pueda volver a estar en servicio la temporada que viene.
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