Canarias y Baleares venden sus hoteles a precio de oro

En Canarias y Baleares los hoteles no se venden y alquilan a precios similares a los de Nueva York, Londres o París, pero sí que superan en determinados casos a los del Caribe. Los touroperadores y los fondos los han encarecido de forma considerable. Unos, los operadores, ansían con urgencia plazas para sus clientes y otros, los inversionistas, están apostando por un negocio muy rentable en una industria hasta ahora muy segura.

En el archipiélago más periférico, un hotel de una cadena que está atravesando una situación delicada por culpa de la caída de un operador, ha puesto a la venta el único hotel en propiedad de los que opera. Este hotel, que fue adquirido en Tenerife hará alrededor de un año por un precio que rondó los 30 millones de euros, está en el mercado por más de 40 millones. Y su dueño no cede a pesar de hallarse con el agua al cuello.

En la isla de Mallorca, y más concretamente en la Playa de Palma, por el hotel Aya, de cuatro estrellas y alrededor de 150 habitaciones, hay una batalla brutal entre varios interesados por hacerse con un establecimiento que ha venido arrojando hasta ahora unos beneficios solo correctos. El precio por habitación que se está barajando se asemeja a los del Caribe, por encima de los últimos en abrir de Riu y Bahía Principe en Punta Cana.

Operadores como Alltours y varios fondos españoles y europeos son los más activos en la búsqueda de hoteles. Alttours ya encareció el mercado con adquisiciones para Allsun Hotels en dos zonas muy frecuentadas por los alemanes, Cala Millor y Paguera, para satisfacción de las cadenas Globales y Palmira, los vendedores. A Alttours se le unirán en breve los dos gigantes europeos, Tui y Thomas Cook. (Ver edición de agosto de Preferente).

En cuanto a los fondos, además de los que habitualmente aparecen en los medios, entre ellos Hispania y Hi Partners, cabe mencionar a Atlas. Este ha intentado sin éxito la operación de Blau y está tratando otros establecimientos en la Playa de Palma. Además de Atlas, un fondo de más fuste ha echado las redes en varias cadenas familiares y cuyos propietarios han superado la barrera de los 70 años de edad, en Cataluña y Baleares.

Entre los inversionistas que pagaron una cantidad muy tentadora, irrechazable, cabe destacar a los chinos que compraron el hotel Valparaíso, de Grupotel, y que en su época de esplendor, en los 70, estuvo entre los tres primeros de lujo de la isla de Mallorca. En los círculos pata negra del turismo isleño se dice que esta operación y la de Palmira han sido las más costosas de las que ha tenido lugar en zonas de sol y playa. Luego, la de Cala Millor.

Unas operaciones que se habrían quedado pequeñas de haberse consumado la que estuvo a punto de fraguarse a finales de la pasada primavera con una cadena también mallorquina de tamaño pequeño, mayoritariamente con hoteles de tres estrellas. Su dueño lanzó un órdago de más de 200 millones de euros y los interesados respondieron que ok a pesar de que la habitación salía por los 200.000 euros. Pero al final dio marcha atrás.

No solo se paga a precio de oro la propiedad de los hoteles sino también los alquileres. Y da igual el emplazamiento, tal como se ha visto con un complejo de Paguera muy alejado de la playa y que ha pasado por muchas vicisitudes. Los hoteles alquilados por Alltours a Palmira, también en Paguera, son otro ejemplo. No ha trascendido lo invertido por el propietario de FTI en Isla Antilla, pero nunca a precio de Canarias y Baleares.

Las compañías de hoteles especializadas en gestión en las islas mediterráneas y del Atlántico lo están teniendo complicado a raíz este boom inversor. Tendrán que pescar en algunas zonas de Andalucía y el Levante. Los dueños de hoteles independientes y con problemas de sucesión han visto el cielo abierto con operadores y fondos que buscan con fruición plazas para comprar o alquiler en función de sus necesidades.