Las quejas de los turistas por las cuentas exorbitantes de sus comidas en Roma son bien conocidas, pero ahora, en la era de las redes sociales, estas estafas se vuelven virales poniendo en vilo la reputación de muchos negocios. Es el caso del Caffè Vaticano que cobró a unos turistas 81 euros por dos hamburguesas y dos cafés y sus dueños se limitan a decir que los clientes “sabían lo que comían y sabían lo que estaban pagando”.
Todo lo contrario a lo que muchos turistas que han pasado por sus mesas argumentan en las redes sociales: “Vergüenza”, “no tienen precios a la vista”, “estafa en toda regla”, “trampa para incautos”... Las opiniones sobre el Caffè Vaticano de los comensales no dejan lugar a dudas, locales como este viven de engañar a los clientes hinchando precios, publica El Mundo.
Los locales de la Ciudad Eterna no son los únicos que estafan a los turistas. En Venecia, cuatro estudiantes japoneses llegaron a pagar 1.143 euros por cuatro filetes, un plato de pescado frito y dos copas de vino tinto.
Le hubieran llevado el ticket al Papa Pancho, para que intercediera por ellos.
25€ por hamburguesa tampoco es tanto.Más le clavan a los guiris en Barcelona por una sangria.
Es Italia.
Una vez llevamos a un cliente malayo que nos había comprado dos 727 ( ex Delta ) a cenar a LA. Mi socio, nos llevó a un restaurante italiano, solo cada botella de vinagrillo, sin etiquetar 11.200..- $ Si, lo digo bien.
Le pregunto al jefe y me empieza a contar, en inglés espagueti, una historia de miedo, le digo soy español, y me sale con "il vino fato per la nonna" que lo tenían que entrar en
EEUU clandestino, etc,etc, Al muy jeta, cada vez que decía la nonna se le caía una lágrima.
Al día siguiente Casa Antonio, español, gallego, albariño de Sotomayor, carne y marisco a ponerse como un fudre para 4 personas 600 $ con propina, los malayos, happy.
Italia, es así, ellos, se creen que son los mejores y los demás tontos. En el tema de hostelería hacen mil barrabasadas.
Ahí está Alitalia, digno ejemplo.
1º En vez de comer ahí, pedazo de turista, vete un par de calles más allá y verás como no te clavan.
2º Hay que leer la carta y ver que precio tienen las cosas, a mi no se me ocurre pedir desconociendo el precio y menos frente a los Museos Vaticanos...
3º Si no has hecho ninguna de las dos cosas, ajo y agua, y a pagar!
Pero a quien se se ocurre comer hamburguesas con café ??
No es de extrañar que les cobraran eso.
Y además el camarero que les atendió se llama Manolo.
De dónde será ???