Crisis turística profunda en París por los chalecos amarillos

Hasta ahora, se notaba la crisis, pero ahora esto empieza a ser un asunto muy serio. Los gerentes de hoteles, los restaurantes, los operadores turísticos claman que están viviendo un desastre. Las reservas, reconocen algunos de ellos, han caído un 50 por ciento sobre lo que debería ser normal en este momento del año. El hotel Hyatt Regency admite haber perdido 2.000 reservas en pocos días, debido al ambiente casi bélico que se vive en la ciudad(París, cerrada al turismo en otra jornada de violencia y detenciones).

Los clientes no diferencian entre los sábados, cuando hay incidentes, y el resto de la semana, por lo que las reservas caen todos los días. “Los clientes piensan que es la guerra civil en París”, indica un director de hotel a una cadena de radio francesa. “Tenemos clientes que nos preguntaron si todo estaba cerrado en París todo el tiempo, si no había más bancos abiertos, si ya no podían retirar dinero en ningún cajero y que por ello es demasiado peligroso venir a París".

Los gobiernos de varios países recomiendan a sus conciudadanos no viajar a París, pero no hacen diferencias entre los sábados y los demás días. “Los operadores turísticos estadounidenses y japoneses aconsejan a sus clientes que no vayan a Francia, y hoy tenemos una tasa de cancelación del 20 al 25 por ciento en los diferentes establecimientos”, señala Christian Mouisard, presidente de la Federación Nacional de Oficinas de Turismo. “Ahora –añade– ya tenemos las primeras solicitudes de cancelación para enero y necesariamente afectará una temporada que aún es un poco difícil en enero y febrero”.

La crisis turística francesa tiene lugar precisamente cuando empezaba a notarse la recuperación tras los ataques islámicos. Ahora mismo, como resultado de esta disminución de clientes, los hoteles se ven obligados a bajar sus precios. En un hotel donde la habitación normalmente se alquila a 210 euros en promedio, hoy se venden a 77 euros.

Los profesionales del turismo saben que incluso aunque este próximo sábado cesaran las protestas, el daño tardará unos meses en ser paliado. “Es una temporada perdida”, indican algunos profesionales. La caída de reservas en Japón y en Estados Unidos es importante, aunque no es el final del negocio. “Lo que ocurre es que en muchos de estos negocios, el margen lo dan los últimos turistas. Con una ocupación baja sólo pagamos costes. Cuando se llena es cuando se gana dinero. Y lo que ahora tenemos es que no tendremos llenos y, por lo tanto, beneficios. En estos momentos todos nuestros esfuerzos –dice un gerente– están orientados a evitar que las pérdidas sean demasiado altas.”