Cuba ha decidido permitir las estancias de turistas en las llamadas “casas de visita”, hasta ahora reservadas a los viajes de negocios o de ocio de los funcionarios de la isla caribeña. La intención del Estado cubano es aumentar notablemente la capacidad de acogida de visitantes extranjeros y nacionales, así como sacar provecho de un parque inmobiliario infrautilizado.
El diario oficial señala que las reservas las pueden hacer los individuos y las empresas a través de las oficinas provinciales o en los propios establecimientos, que varían de tipología: desde casas particulares hasta hoteles o moteles pequeños, con frecuencia ubicados en zonas costeras, según explica L’Écho Touristique.
El precio de las estancias lo determinarán las autoridades locales de Cuba. Una de las primeras medidas que tomó el presidente Raúl Castro tras suceder a su hermano en 2006 fue poner la gestión de estos inmuebles en manos municipales.
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