El expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán,- en prisión por la quiebra de Marsans- empleó su tarjeta ‘black’ de Caja Madrid en restaurantes, principalmente los de su concuñado y también beneficiario del plástico de la entidad, Arturo Fernández. Así de los 93.984 euros que gastó entre 2005 y 2009, 76.338 fueron en comidas.
Según publica El Diario, los importes de las mismas van desde los 800 euros a los 1.800, siempre en cifras redondas, y en alguna ocasión hasta hay varios cargos repetidos al día. Es decir, que de media las comidas de Díaz Ferrán salían a 1.400 euros.
Destacan los 1.800 euros que el empresario abonó en 12 ocasiones en el Restaurante Cantoblanco. Esa misma cantidad redonda la desembolsó otros días en el Hispano Buffet Bar, el Restaurante Príncipe y Serrano o en el Restaurante El Amparo. En este último llegó a consumir 2.000 euros en un solo día, según recoge Cinco Días.
Al margen de las comidas, Gerardo Díaz Ferrán también tiró de su tarjeta de Caja Madrid para pagar 1.000 euros en una tienda de confección textil llamada Kidama, 2.000 en El Corte Inglés y algo más de 3.000 en Decoración y Arquitectura.
Iberia pierde a un comandante ex del Ejército del Aire
Air Europa: la persistencia de Ábalos y el apuntalamiento de Sánchez y sus ministros
Miedo en Ryanair: admite que la multa puede tumbar su modelo
Ratificado: multa de 179 millones a las low cost por cobrar el equipaje de mano
Insólito: quiebra una aerolínea propiedad del gobierno estonio
Cargando ...
Akumal supera tarifas de rentas vacacionales de Holbox y Tulum
Fotos – Los Cabos: el VIP Summit congregó a 350 participantes
México: los 4 destinos ‘bohemios’ ya se deterioran tras crecer rápido
Cancún: critican a Sheinbaum por subir impuestos en pleno declive
Ya lo dijo el sabio, " no hay pan para tanto chorizo "
Qué asco de gente! Me resulta complicado hacerle entender a mi hijo lo importante que es la decencia, la rectitud y el sentido de la responsabilidad cuando en la prensa aparecen cada día episodios esperpénticos y repugnantes que nos hacen aborrecer de la condición humana de algunos impresentables.
Es intolerable el permitir tan semejante despilfarro