El Ministerio de Aviación de Egipto ha afirmado que no existen pruebas que evidencien que la caída del avión ruso en la península del Sinaí el pasado 31 de octubre, causando la muerte de 224 pasajeros, se debió a un ataque terrorista. Así lo ha reflejado en el informe preliminar publicado hoy por el comité de expertos que investigan el siniestro.
Después de que el autodenominado Estado Islámico reivindicara la autoría del derribo y de que el Gobierno ruso y otros países occidentales aseguraran que efectivamente se trató de un atentado, el Ministerio de Aviación egipcio ha subrayado que “el comité técnico investigador no ha encontrado por el momento nada que indique una intervención ilegal o una acción terrorista”.
El siniestro de la aeronave, un A321 operado por Metrojet, ha supuesto un duro golpe para una de las zonas del país con más afluencia de turismo británico y ruso, generando sobre todo, un clima de inseguridad aérea en Egipto que ha llevado a Rusia y a Reino Unido a suspender los vuelos con destino Sharm al Sheij.
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