Este viernes, miles y miles de viajeros se amontonaban en el lado francés del canal de la Mancha, intentando llegar a Inglaterra antes de las cuatro de la tarde de este sábado y evitar así tener que estar catorce días encerrados en sus casas, cumpliendo la cuarentena.
Para las compañías de transportes es “comida para hoy y hambre para mañana”, porque lógicamente la acumulación de viajeros de hoy equivale a que desde mañana a las cuatro habrá una fuerte caída en la demanda.
Los vuelos entre Francia y Gran Bretaña, infrecuentes en las rutas cortas, han llegado a los 800 euros. El billete del tren Eurostar más barato que un día normal puede costar 60 euros, estaba en la tarde del viernes en los 250. Para el sábado el precio baja a los 180 euros.
Se calcula que alrededor de medio millón de británicos están en Francia, aunque no todos intentarán regresar de inmediato. La enorme mayoría, sin embargo, utilizará su coche particular, bien en el servicio ferroviario que cruza el canal o en los numerosos ferries que van desde Calais a Dover.
Por si el número de viajeros procedentes de Francia no fuera suficiente, también mañana a las cuatro entra en vigor el mismo régimen para Holanda –Bélgica, como España, ya estaba en la lista de países desde donde era exigida la cuarentena--. Previsiblemente, muchos viajeros procedentes de Holanda intenten llegar también por el canal de la Mancha. Sin embargo,desde Amsterdam la oferta de vuelos es mucho más abundante, aunque ya no había billetes en las compañías más grandes.
Por si este caos no fuera suficiente, Francia ha anunciado que aplicará la misma medida a los viajeros procedentes de Gran Bretaña –también a los franceses–, lo cual entrará en vigor en las próximas horas, generando previsiblemente una situación similar, pero en el sentido contrario.
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