¿Por qué los chinos se han vuelto locos con Liechtenstein?
Liechtenstein tiene apenas 30 mil habitantes, pero el número de chinos que visitan el país supera ampliamente a la población. El país es diminuto y está encajonado entre Austria y Suiza.
Pero el rumor ha corrido como la pólvora entre los chinos de que tiene que ser visitado. Así que Vaduz, la micro capital, hoy tiene en el centro dos grandes banderas. Una se la imagina, la de Liechtenstein. Pero la otra es la bandera roja de la República Popular de China.
Tal es la presencia de chinos, que prácticamente todos los comercios incluyen carteles en este idioma de caracteres.
¿Por qué tal presencia de chinos?
En primer lugar, hay un motivo bien absurdo: los comercializadores de viajes chinos han creado un programa que se llama “Visite 10 países”. Así que a más San Marinos, Vaticanos y Liechtensteins se incluyen en el tour, menos desplazamientos hay que pagar y más banderas diferentes se ven. De forma que ahí tenemos un motivo.
En segundo lugar, a los chinos –como a los americanos– les fascinan las casas reales, las coronas y la pompa que lo rodea. Y en el centro de Europa prácticamente no queda nadie más que Liechtenstein que sea una monarquía. Al frente se encuentra un príncipe, Juan Adán II, bastante poco conocido, pero en todo caso, una casa real como toca. Y además, con vínculos directos con la Edad Media, como es lógico.
En Liechtenstein son tan conscientes del valor turístico de su príncipe, que incluso comercializan un viaje llamado “royal tour package” que los chinos devoran.
Los locales, entre los más ricos del mundo, no se conmocionan por la presencia de chinos. Al fin y al cabo es otro negocio que no tiene que alterar sus vidas.
Vaduz famosa por el blanqueo y por ser paraíso fiscal.