Lo llevo escribiendo en este papel digital desde hace tiempo: las posibilidades del turismo español son inmensas. Y en modo alguno se limitan al circuito de sol, playa y chiringuito. Vivimos en un país –con su península y sus islas– cuyas experiencias vitales para el mundo del viaje son únicas en el orbe.
La historia y su ancestro también coadyuva a ello. Nosotros la tenemos y muy abigarrada. Quisiera referirme hoy, específicamente, al enoturismo que se puede practicar en los cuatro puntos cardinales de España, islas incluidas. Pero es verdad que los amantes de las rutas del vino y sus buenos caldos tienen en el interior de la Meseta española su “santa santorum”. Me refiero a la Ribera del Duero y La Rioja.
Los datos que están siendo dados a conocer estos días confirman lo que ya intuíamos. Casi 400.000 personas de alto poder adquisitivo han llevado a la práctica el enoturismo en la llamada Ruta del Vino de la Ribera del Duero durante el pasado año 2017. Con un crecimiento espectacular: un 8 por ciento más en tan sólo doce meses.
Valoran la alta calidad de los servicios –tanto en bodegas, restaurantes, hoteles, monasterios, balnearios, etc…– y la profesionalidad de aquellos que los ofrecen. Castilla y León, un desierto en materia turística hasta hace muy escaso tiempo, se está posicionando de forma estratégica como la comunidad autónoma con más rutas del vino certificadas en toda España. La Ribera del Duero lidera, obviamente, el ranking de estas rutas en lo que se refiere al número de visitantes y clientes pero ello no es óbice para que sus gestores trabajen conjuntamente en busca de fortalecer el músculo del enoturismo regional. Si una se hace grande, las otras también.
Estamos, por tanto, ante una experiencia extraordinaria en relación con lo que tantas veces hemos pedido hasta la saciedad: abrir nuevos horizontes al hecho extraordinario de viajar y de conocer nuevas culturas y formas nuevas de existencia.
SEMANA SANTA EN “NEW YORK TIMES”
Lo anteriormente expuesto no puede ser flor de una estación. El aumento del enoturismo es algo que se viene certificando y, curiosamente, los principales clientes (en lo referido a su número) provienen del norte de Europa: Alemania, Suiza, Finlandia, Suecia y un largo etcétera. Esta Semana Santa que ya tocamos con la punta de los dedos la previsión (a tenor de las reservas confirmadas) de un “full” total en casas rurales, hoteles y monasterios convertidos en lugares fantásticos para pasar unas noches.
Según el presidente de la Ruta del Vino, Miguel Angel Gayubo, ahora están alcanzando los resultados para los que llevan años trabajando denodadamente y pocos confiaban en el éxito del proyecto en sus inicios. Ahora hasta el periódico más influyente del mundo –el neoyorkino The New York Times– ha recomendado la Ribera del Duero como destino turístico entre los 52 más importantes del mundo.
Quiero recordar que la Ruta del Vino de la Ribera del Duero engloba a las cuatro provincias castellanasleonesas a través de 115 kilómetros que recorren las provincias de Burgos, Soria, Valladolid y Segovia. 21.000 hectáreas de viñedos contemplan esta Ruta que tienen muchas colegas en el resto de España. Pero pocas con marcas tan señeras. Sus mentores, me consta de primera mano, llevan años trabajando el tajo, invirtiendo con generosidad e inteligencia. Y, sobre todo, trabajando a destajo en un mundo sin horas.
¿Qué atrae a un eno/turista? El vino y el arte de su cultivo. La gastronomía que suele acompañar a las grandes bodegas. Los entornos medio ambientales. Los monumentos histórico/artísticos rehabilitados durante los últimos años. Todo. Y suele ser un turismo que deja mucho dinero.
El éxito de esta forma de hacer “nuevo turismo” viene a demostrar que hay otros campos por explorar para atraer visitantes desde todas las latitudes del mundo mundial.
¿No habíamos convenido en que no podíamos quedarnos al albur de la arena de la playa?
Al turista rogando y con el mazo dando…!!!!
Yo hice recientemente la ruta de la Ribera del Duero. Me encantó realmente. Creo que tiene unas posibilidades enormes.
Si comparamos las cifras del turismo en España con las del enoturismo. Realmente algo más del 1% de los españoles que viajan, lo hacen por enoturismo. En el caso del turismo extranjero el % es mucho menor ¿A esto lo llamamos éxito del enoturismo en España? ¡con qué poco nos conformamos!!