Dos eventos van a dejar a Auckland, la capital de Nueva Zelanda, sin una sola plaza hotelera disponible. Lo reconocen tres años antes y cuando aún no se han inaugurado 3.000 plazas más de alojamiento, que ya tienen permiso y en parte están en obras.
Pero es que los dos eventos son de esos que mueven multitudes: por un lado, la edición número 36 de la Copa América de vela, que tradicionalmente mueve miles de personas, pese a que no es fácil seguir una de esas regatas. El segundo evento es la cumbre de los países del sureste asiático que moverá a todos los políticos de la región.
El ambiente empresarial hotelero en Nueva Zelanda está enloquecido porque 2021 se presenta como un año de demanda desbordante. Las autoridades comprenden que sólo la oferta de apartamentos privados a través de sitios como Airbnb puede permitir cubrir la demanda tan desmedida. No habrá otra manera de atender a tanto cliente en una ciudad relativamente pequeña.
Nueva Zelanda va de éxito en éxito en materia de turismo. Su número de visitantes sube especialmente desde que asoció su imagen con la película 'El señor de los anillos'. El éxito comercial fue tal que se vieron obligados a introducir una tasa turística que permita financiar las infraestructuras necesarias para atender tanta demanda de visitantes. Pero ni con esa tasa el turismo merma.
En parte por esa presión anterior, y en parte por lo que se viene, está a punto de inaugurarse el Park Hyatt hotel y el Sofitel. Pero, al margen, se anuncia una inversión de 65 millones de dólares para el Sudima hotel, una cadena de Hong Kong y ha dicho que abrirá un establecimiento Ninety Four Feet, una cadena australiana.
La organización de turismo de Nueva Zelanda comprende que por mucha inversión que se anuncie, no será fácil atender toda la demanda en 2021. Los hoteleros, por su parte, comprenden que una inversión importante no sólo ha de planearse porque un año será bueno, sino que miran más al futuro.
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