Mientras en España luchamos contra el virus, en el mundo la vida sigue. Y en esa vida turística, acaba de producirse una sorpresa: el precio de las vacaciones en Grecia cayó un 27 por ciento en los últimos días, por supuesto debido a una caída en las ventas, lógicamente por miedo al Covid. En algunos lugares de Grecia, los precios de las vacaciones cayeron hasta un 40 por ciento.
La Grecia continental, en la que apenas Preveza puede tener algún peso turístico, sigue abierta al tráfico porque su nivel de contagios es bajo, aunque va al alza. Pero muchas islas están ahora en la lista de lugares de riesgo (Santorini, Mikonos, Creta), por lo que están excluidas de los circuitos comerciales. Igualmente, Escocia ha cancelado todos los viajes a Grecia, también la continental.
Esta situación, aunque dista tremendamente de la de España, ha supuesto un hundimiento de la demanda y de los precios.
No todo es negativo en las islas griegas: algunas se están salvando. Es el caso de Kos, donde los precios han subido un 100 por ciento; de Rodas, o de Corfú, y, ya en Italia, de Cerdeña. En todos estos casos, los precios están aumentando.
Las ventas de Portugal, también excluida de los circuitos, cayeron un 57 por ciento.
Sin embargo, siempre que hay perdedores, hay ganadores. Y este es el caso de Turquía, cuyos precios han aumentado, de acuerdo con la demanda.
En otro orden de cosas, hay dos países que han visto mejorar su turismo en términos globales: Polonia e Italia. En Polonia los viajes han aumentado este año en un 25 por ciento, mientras que en Italia el incremento ha sido del 18 por ciento.
En todo caso, hay que admitir que nada de lo que está pasando es normal, que estos precios no se consolidarán y que, en general, los niveles de inestabilidad son muy acusados. Incluso para estas regiones, la temporada ha sido un caos: imprevisible, impredecible, complicada y agitada.
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