Hosbec busca fórmulas para no depender del turista británico

Benidorm esta está teniendo una más que aceptable temporada estival, alcanzando tasas de ocupación hotelera mucho más altas que en los últimos años gracias a su principal mercado, el británico, cuyas llegadas se han incrementado un 19 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado, o en los españoles, un mercado que ha logrado mantenerse en los mismos números que el año anterior.

Según publica el diario Información, a estos dos mercados se añade la evolución satisfactoria de otros tres más minoritarios: los de Portugal, Holanda y Bélgica. Así, durante el pasado julio, el número de pasajeros holandeses que llegaron al aeropuerto de Alicante registró el mayor incremento de todos los países emisores, con una subida de un 26,5%. Hosbec también destaca la importancia creciente del turismo portugués, que para llegar a la Costa Blanca utiliza en cambio el automóvil o el autobús.

Ahora bien, no todo han sido parabienes ya que tal y como certificó el Ayuntamiento en un reciente estudio y han corroborado tanto Hosbec el gasto por turista sigue siendo muy corto. Para el presidente de la patronal hotelera, Antonio Mayor, la solución pasa por captar nuevos mercados europeos vinculados a países con alto poder adquisitivo.

Alemanes, italianos o franceses están en el punto de mira, ya que son mercados muy importantes en el resto de España y clientes habituales en otros destinos mediterráneos. Las estadísticas del aeropuerto de El Altet durante el pasado mes de julio constatan que los viajeros alemanes han descendido un 17% con respecto al mismo periodo de 2010. Además, apenas existen touroperadores que trabajen con Italia y Francia. "El cliente francés, en especial, es muy independiente y prefiere viajar solo", señaló Mayor. Y han desaparecido los touroperadores que, antes, durante el invierno, tenían intereses en Italia.

Hosbec defiende que, más allá de las controversias por la falta de inversiones públicas, si algo ha hecho en los últimos tiempos el tejido empresarial de Benidorm es precisamente renovarse, con reformas en los hoteles que en algunos casos les han permitido ganar estrellas. Por su parte, la Fundación Turisme de Benidorm, muy en la picota en los últimos tiempos por su falta de presupuesto público, ha participado durante este año en las ferias de Milán, Berlín o Frankfurt para promocionarse en esas latitudes.

Según el artículo del diario Información, Benidorm mira otras regiones ya que en Europa hay más posibilidades, además de las ya aludidas. Está en primer lugar el mercado escandinavo, integrado por unas sociedades cuyo poderío económico está fuera de toda duda y que, en general, también han incrementado este año su índice de pasajeros en El Altet. No obstante, los turistas procedentes de esos gélidos países del Norte sólo suponen un 0,1% de la ocupación de Benidorm, frente al 4,8 en el territorio nacional.

Finalmente, se halla el mercado que para muchos expertos está cargado de futuro: el de los países del Este. Especialmente, Rusia, sobre el que esta semana, por cierto, se han arrojado datos preocupantes ya que la demanda de vacaciones en el mercado ruso para salidas en agosto y septiembre se ha desplomado un 55%. Se trata, eso sí, de una caída relativa, debido al alto peso de las reservas tempranas en 2011.

Mayor sigue confiando en este emisor: "Puede ser que, debido a la crisis política en los países árabes, las previsiones respecto a Rusia fueran muy altas, pero sigue siendo un mercado preferente como se ha demostrado en Cataluña, donde el número de turistas ha aumentado en medio millón". Las expectativas en El Altet sobre el volumen de pasajeros procedente de Moscú superaban los 80.000 pasajeros, frente a los 32.000 de 2010. En esas líneas operan ya 4 compañías.

Y, finalmente, Polonia, un país donde el PIB crece a marchas forzadas. Hosbec coincide con el interés mostrado por la Fundación Turisme, que ya ha anunciado un esfuerzo de promoción en el mercado polaco después del aumento de vuelos Alicante-Cracovia. Mayor considera además que la proliferación de compañías de bajo coste puede ayudar a que la consolidación de esos mercados sea algo más que una quimera.