Ibiza. 27/8/08.- Los hoteles de Ibiza tendrán en septiembre el doble de camas disponibles que hace un año, por lo que el sector augura un 7 por ciento menos de ocupación. La afluencia turística se situará en torno al 75 por ciento cuando el pasado año se superó el 81 por ciento, según señala el Diario de Ibiza. Los empresarios consideran muy perjudicial que con tan poco tiempo de antelación se puedan encontrar aún tantas plazas libres para septiembre, por lo que reina una tensa preocupación por los resultados de esta campaña.
La cifra de hoteles con camas libres aumenta cada semana desde últimos de agosto. Según la central oficial de reservas por Internet de la patronal hotelera, del 30 de agosto al 6 de septiembre hay 79 hoteles que ofrecen plazas libres, cuando el pasado año eran menos de 40.
En la primera semana de septiembre son 96 los establecimientos. En la segunda, la cifra aumenta a 128. Del 15 al 22 de septiembre, 138 admiten reservas. En la última semana, son 151 los que cuentan con camas libres. En octubre, el número de hoteles con plazas libres oscila entre los 99 que se pueden encontrar del 24 al 31 y los 138 de la primera semana del mes.
El fin de la temporada llegará este año antes para una parte de los hoteleros. Algunos tienen previsto cerrar a partir del 15 ó 20 de septiembre debido a a falta de rentabilidad, según confirmó el presidente de la patronal, Juanjo Riera. Pero aún es pronto para calcular el porcentaje de cierres prematuros, ya que es una decisión que afecta individualmente al empresario.
Esta situación conllevará la unificación de clientes de una misma cadena hotelera en un solo establecimiento para optimizar los recursos. En estos casos, uno de los hoteles quedaría cerrado. Los hoteleros más veteranos califican esta temporada como «la peor de todas» desde 1992 y 1993, cuando las cifras de ocupación cayeron en torno a unos cinco puntos y falló la construcción.
Algunos empresarios insisten en que Ibiza «tiene solución» si se construyen más campos de golf y puertos deportivos. Estas instalaciones permitirían atraer a un turismo de mayor poder adquisitivo y conseguir un diferencial turístico que beneficiaría no sólo a los hoteleros, sino también a la oferta complementaria.
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