Lo pagarán todas las empresas por su facturación, ganen o pierdan dinero
Estupor y enfado entre los operadores turísticos de Turquía al conocerse la decisión del Gobierno de crear un impuesto general sobre todas las empresas turísticas del país. El Gobierno ha creado una tasa que se ha de pagar a partir del próximo mes de octubre que no grava a los turistas sino a las empresas, independientemente de que ganen o pierdan dinero.
La nueva fiscalidad supone un 0,75 por ciento de la facturación de hoteles, touroperadores, operadores aeroportuarios e incluso bares y restaurantes, aunque en este caso el impuesto es más complejo en su aplicación.
El impuesto pretende recaudar, según el gobierno, unos 150 millones de euros anuales. Se tiene que pagar mensualmente y se destinará a la Agencia para la Promoción y Desarrollo del Turismo.
Mubera Eresin, presidente de la Asociación de Hoteleros de Turquía, dijo a los medios de comunicación que este impuesto es un abuso porque incluso lo tendrán que pagar aquellos que pierden dinero dado que se aplica sobre la facturación y no sobre los beneficios. “Es un riesgo para la sostenibilidad del negocio turístico y puede llevar a que compañías que hoy ganan dinero pasen a perderlo”.
Este año, en el primer semestre, Turquía ha tenido un 13 por ciento más de turistas, con un 10 por ciento más de ingresos económicos, que han llegado a los 12.600 millones de euros. Sin embargo, el ritmo de crecimiento se ha frenado enormemente sobre 2017 y 2018 y, además, ni siquiera a día de hoy se ha recuperado el gasto medio de los turistas de antes de la crisis derivada de los atentados terroristas.
En otros ámbitos del negocio turístico, la respuesta ha sido igual de contundente contra el gobierno y su política fiscal.
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