Las exconsejeras de Turismo de la Comunidad Valenciana, Milagrosa Martínez y Angélica Such, se han sentado este martes por primera vez en el banquillo de los acusados por las supuestas irregularidades en las contrataciones del pabellón valenciano en la feria Fitur con la trama Gürtel. También están acusados en esta pieza el jefe de gabinete de la primera, Rafael Betoret, así como los cabecillas de la red Francisco Correa y Pablo Crespo, y su delegado en Valencia, Álvaro Pérez, 'el Bigotes', entre otros.
Según el relato del fiscal, la trama conocía de forma anticipada las condiciones de los concursos e incluso instaba a la Generalitat a modificar las bases para adecuarlas a sus condiciones. A cambio realizaba regalos tanto a la consellera como a su jefe de gabinete.
Milagrosa Martínez, a la que la trama apodó como ‘La Perla’ por su generosidad en los contratos que conseguían con ella, está acusada de un delito de prevaricación continuada y malversación de fondos públicos. La Fiscalía pide para ella una pena de prisión de 11 años y 34 de inhabilitación para cargo público.
El otro gran acusado en este caso es el que fue su jefe de gabinete en la Conselleria de Turismo, Rafael Betoret. Ambos fueron, según la fiscalía, colaboradores necesarios para que la trama consiguiera los contratos amañados de los montajes de los stands de Fitur. Betoret se enfrenta también a 11 años de cárcel y 38 años de inhabilitación. Por lo que respecta a la otra exconsellera de Turismo implicada en el caso, Angélica Such, su papel es considerado menor por ello solo se enfrenta a una inhabilitación de diez años.
De los miembros de la trama Gürtel los que se enfrenta a una mayor pena son Álvaro Pérez y Pablo Crespo, considerado número dos de la red, para los que piden 11,5 años de cárcel, mientras que para Francisco Correa se reclaman diez años.
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